La totalidad de las asociaciones que representan la producción audiovisual española, que crean y producen la mayoría de las series, películas y programas de todos los géneros muestran unidos su profundo estupor por los cambios que se han introducido en las últimas horas en la Ley General de Comunicación Audiovisual que está en la recta final de su tramitación parlamentaria. Es la primera vez en mucho tiempo que tanto AECINE, DIBOOS, MAPA, PIAF, PROA y PROFILM, agrupadas en la Plataforma Audiovisual de Productoras Independientes (P.A.P) como PATE Productores audiovisuales cierran filas contra lo que puede suponer el final de una industria floreciente y supuestamente estratégica para el país.
Los cambios introducidos mediante enmiendas que pretendían una supuesta mejora técnica del texto suponen un golpe de gran dureza para la producción independiente y al sector cultural vinculada a la misma cuya viabilidad pasa a estar gravemente amenazada. Ello incluye todo el talento, creatividad y empleo que pivotan alrededor de nuestras empresas asentadas a lo largo del tiempo con gran aceptación de la ciudadanía, así como otros mercados internacionales a los que han viajado con gran éxito.
Con estas decisiones que debería por fin acercarnos, cumpliendo con la directiva audiovisual europea que se pretende trasponer en este texto, a los países de nuestro entorno, lo que en realidad consigue es definitivamente alejarnos de ellos sumiendo a la cultura audiovisual y a la producción independiente a una crisis inmediata y casi definitiva.
Tras la reunión de la Ponencia de la tramitación de la Ley General de Comunicación Audiovisual, lugar donde se acordaron y aprobaron una serie de enmiendas al Proyecto de Ley hemos descubierto unos cambios que significan una modificación completa del modelo, en relación a la producción audiovisual, que se nos ha estado presentando en todo el larguísimo proceso de elaboración y con el que, en términos generales teníamos puntos de acuerdo.
Esta modificación impulsa concentración inmediata de la industria, en el duopolio televisivo actual y en el medio plazo en las grandes plataformas internacionales. Está garantizada la deriva al pensamiento único desde el punto de vista de la diversidad cultural. Va en contra del movimiento de la visión europea y su diversidad de la que el productor independiente es garante desde sus inicios. Pero no sólo tiene un impacto cultural, sino que con esta concentración se ponen en riesgo más de 25.000 empleos, de los que se pueden perder más de 17.000 y precarizar los 7.000 restantes. Además deja indefensos al talento y a los creadores frente a grandes conglomerados corporativos.
Esta orientación está en contradicción con los objetivos de la Directiva Europea de Medios Audiovisuales (AVMS) y sino que no hará sino generar litigiosidad en el sector.