La bechamel es además de rica, muy versátil. Esta salsa de origen francés se ha convertido en una de las favoritas a la hora de cocinar y es perfecta para acompañar con todo tipo de carnes, preparar las más deliciosas croquetas y es uno de los ingredientes predilectos de la lasaña de carne, a la cual llena de una irresistible cremosidad.
Hacerla no es tan complicado; y de hecho, lo único a lo que debes estar atento es a la receta en la que la vas a utilizar, pues dependiendo de ello, será necesario hacerla más o menos espesa.
Ahora bien, si te gusta su sabor, pero te preocupa la grasa que aporta la mantequilla, tienes que conocer la manera en que la puedes lograr más ligera reemplazando este ingrediente. Hoy te presentamos una alternativa que te parecerá fantástica y con la cual podrás darle vida a cualquier platillo.
4Pon a calentar la leche
El mayor dolor de cabeza a la hora de preparar una bechamel, es el temor de que esta termine con grumos. Por lo general, esto sucede cuando los ingredientes no se integran de la manera correcta, o cuando se produce un choque de temperaturas.
Para evitar la formación de grumos, una estrategia infalible es calentar la leche mientras comienzas con la preparación del roux; por lo tanto, pon en una hornilla una olla con la leche a fuego suave para que esta se vaya calentando.
Tip: Puedes aprovechar y saborizar la leche con un hueso de jamón para tener una bechamel de escándalo.