Aunque el estrés es necesario e incluso puede resultar positivo, lo cierto es que cuando se produce en exceso y no puede controlarse, puede causar estragos en nuestro organismo.
6Sistema cardiovascular
Cuando el estrés es muy aguda, la presión de la sangre aumenta así como la frecuencia cardíaca, aunque vuelven a la normalidad una vez todo ha pasado. Pero si el estrés se convierte en crónico o se experimenta de manera muy continua, puede provocar daños en las arterias y en las venas. Esto hace que aumente el riesgo de sufrir un infarto o una subida de tensión.