Aunque el estrés es necesario e incluso puede resultar positivo, lo cierto es que cuando se produce en exceso y no puede controlarse, puede causar estragos en nuestro organismo.
3Demasiado estrés y el sistema respiratorio
Pero cuando se experimenta mucho estrés durante demasiado tiempo y con bastante frecuencia, aparecen los problemas. La activación del sistema nervioso continua consigue provocar un desgaste del organismo, siendo el sistema respiratorio el que sufre el efecto de manera inmediata, ya que respirar cuesta más y se hace mucho más deprisa con el objetivo de llevar sangre oxigenada de manera más rápida al cuerpo.
Esto a la mayor parte de las personas no les supone ningún tipo de problema, pero para alguien que padece asma puede ser un asunto muy serio al tener una sensación de falta de aliento demasiado fuerte. El estrés también puede conseguir que se acelere la respiración y que esta sea más superficial, de tal forma que el aire que se aspira sea mínima. Esto a su vez desemboca en una hiperventilación. La posibilidad de que esto suceda es más grande si la persona es propensa a sufrir ataques de pánico y ansiedad.
