Aunque el estrés es necesario e incluso puede resultar positivo, lo cierto es que cuando se produce en exceso y no puede controlarse, puede causar estragos en nuestro organismo.
10El estrés y la mente
Por supuesto, el estrés tiene un gran efecto en el bienestar emocional de una persona. Este provoca hiperexcitación lo que se traduce en dificultades a la hora de dormir, para concentrarse, para prestar atención a cualquier cosa y para la memoria. Por otra parte, una falta de sueño a su vez conlleva problemas de salud crónicos como depresión u obesidad.
Además, cuando alguien se encuentra sometido a un estrés constante, se pueden adoptar hábitos nada saludables como tomar drogas, fumar o beber mucho alcohol con la intención de aliviar la situación. Pero estos comportamientos solo van a traer más problemas para la salud y más riesgos para el bienestar personal. Así que lo más adecuado será aprender a manejar el estrés antes de que este nos maneje a nosotros.
Como hemos indicado, una pequeña dosis de estrés puede ayudarnos en nuestro día a día a estar más alertas, más centrados, más motivados, más entusiasmados y llenos de energía. Tomando medidas positivas conseguiremos canalizar de manera eficaz esta energía y rendiremos más, nos sentiremos mejor y conseguiremos muchas más cosas.