Tan sólo 365 días del calendario no son suficientes para recordar las sobras cristianas de tantos santos y beatos que contribuyeron con sus acciones a diseminar los valores cristianos, por lo que el día de hoy recordamos a muchos y muy importantes santos varones, comenzando por San Damián de Molokai.
San Damián de Molokai
Debemos comenzar por decir que nació con el nombre de Jozef de Veuster, adoptando el nombre de Damián cuando fue ordenado como sacerdote, era nacido en Bélgica y pertenecía a la Orden de los Sagrados Corazones, quien decidió llevar una vida misionera, recalando en las costas de las islas de Hawái, estableciéndose en el poblado de Molokai, de donde proviene el nombre agregado, en el cual se dedicó a cuidar de los enfermos y de los leprosos, el Padre Damián, como cariñosamente se le recuerda, vivió en el siglo XIX, y tal fueron sus obras y su abnegación y entrega a los marginados y enfermos, que cada 15 de abril se celebra en Hawái una festividad en su honor. Por sus obras, a San Damián de Molokai se le considera no solamente el patrón de los que sufren de lepra, sino que también es el patrón de los que sufren de sida.
San Antonino de Florencia
Nacido con el nombre de Antonino Pierozzi, de origen italiano, se convirtió en fraile dominico, que entró en la Orden de los frailes predicadores en el año 1406, llegando a ser nombrado Obispo de la ciudad de Florencia en el año 1446, cargo en el cual continuó hasta que falleció a los setenta años de edad, en el año 1459, siendo muy respetado y reconocido por ser un brillante orador, que realizaba las homilías y los discursos más moralizantes de su tiempo.
Santo Job Patriarca
Es una de las figuras importantes del viejo testamento, cuya paciencia y fue fueron puestas a prueba por Dios en más de una oportunidad, y fue tenido como el mejor ejemplo de paciencia y fe por siglos, antes de la llegada de Jesús. Lo cierto es que el Diablo le dijo a Dios que podía hacer que el mejor de sus hijos renegara de él y teniendo el permiso de Yavhé, quiso demostrar que sus afirmaciones eran ciertas haciendo muy desgraciada la vida de Job el Patriarca de los jefes religiosos de Israel, enviándoles enfermedades, causándole la desgracia económica hasta dejarlo en la calle, matando a su ganado y hasta causando el fallecimiento de varios de sus hijos, pero nada de esto hizo que Job renegara de su Dios, lo que lo hizo un referente para sus hermanos, y es por eso que hoy se dice “hay que tener la paciencia de Jon” cuando tenemos que acometer una tarea especialmente difícil o nos ocurre un hecho particularmente desgraciado.
San Juan de Ávila
Por supuesto que en esta celebración no podría quedarse por fuera un santo español, y es que San Juan de Ávila no sólo fue sacerdote y confesor, sino que se convirtió en el santo patrón del clero español. San Juan de Ávila nació un 06 de enero de 1500 en Almodóvar del Campo, en Ciudad Real, y falleció el 10 de mayo del año 1569 en la ciudad de Montilla, Córdoba. Se trata del cuarto santo español en ser ascendido a los altares, siendo proclamado doctor de la iglesia el día 07 de octubre de 2012 por el papa Benedicto XVI. En sus andanzas, San Juan de Ávila recorrió la provincia romana llamada Bética en aquel entonces, predicando las palabras de Cristo, siendo acusado injustamente de hereje, lo que lo llevó a la cárcel, en donde tuvo la oportunidad de escribir toda sus pensamientos y doctrina espiritual, destacándose entre sus escritos el salmo “Audi filia” y las cartas que hoy forman el “Epistolario Espiritual para todos los Estados”, lo que lo llevó a ser declarado Doctor de la Santa Iglesia.
Además de estos santos que hemos mencionado, el 10 de mayo celebramos también a San Calepodio presbítero, San Cataldo de Irlanda, San Comgall, San Dioscórides de Mira, San Epímaco mártir, San Gordiano de Roma, San Guillermo de Pontoise, Santa Solangia, Beata Beatriz I de Este, Beato Enrique Rebuschini, Beato Iván Merz y Beato Nicolás Albergati.