Seguro que en alguna ocasión que estabas corriendo has empezado a notar un dolor intenso y punzante en la zona del abdomen. Es muy incómodo y desde luego que no desaparece rápidamente. Es más, el dolor persiste e impide que continúes con tu entrenamiento. Esta punzada lateral tan molesta recibe el nombre de flato y es muy común entre los corredores.
10Guarda la digestión
La aparición del flato se encuentra también asociada en numerosas ocasiones a la existencia de un estómago demasiado pesado. Por eso es fundamental que no te pongas a correr nada más haber comido. Lo mejor es esperar a que el estómago haya realizado correctamente la digestión, y no solamente porque los órganos van a pesar más, sino porque también el flujo de la sangre va a estar concentrado en el proceso de la digestión como hemos comentado con anterioridad.
De cualquier manera, aunque tengas la precaución de dejar un margen de algunas horas entre tu comida y el entrenamiento que vayas a realizar, recuerda que no tienes que ingerir alimentos que sean muy pesados. Intenta que las comidas que tomes antes de correr sean bajas en azúcares, en fibra y en grasas saturadas. Si sales a correr después de una buena comilones, lo más seguro es que acabes con flato en el mejor de los casos. Si es el caso, lo más aconsejable es que dejes el entrenamiento para otro día.