Un estudio mundial sobre las respuestas de los países a la pandemia de COVID-19 ha concluido que ha habido peor salud mental en los países que intentaron controlar el virus con restricciones, como España, que en los que intentaron suprimir o eliminar la transmisión.
En el trabajo, publicado en la revista científica ‘The Lancet Public Health’, los investigadores combinaron los datos del Rastreador de Respuestas Gubernamentales de la COVID-19 de la Universidad de Oxford con las puntuaciones de malestar psicológico recogidas en la Encuesta Global del Imperial College London-YouGov COVID-19 Behaviour Tracker.
Los datos de la encuesta se recogieron en 15 países entre abril de 2020 y junio de 2021. Los países se agruparon en dos categorías: los que pretendían eliminar la transmisión de la COVID-19 y los que pretendían mitigar o reducir la propagación del virus dentro del país.
Los países con estrategia ‘cero COVID’ fueron Australia, Japón, Singapur y Corea del Sur. Los países ‘mitigadores’ son Alemania, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia.
El estudio apunta que los países con ‘cero COVID’, como Corea del Sur y Japón, aplicaron medidas tempranas y específicas, como las restricciones a los viajes internacionales, que dieron lugar a «niveles más bajos de infecciones por COVID-19, menos muertes y menos impactos negativos en la salud mental en comparación con los países ‘mitigadores'».
Los países mitigadores, como Canadá, Francia y Reino Unido, fueron menos estrictos en cuanto a los viajes y recurrieron más al distanciamiento físico, las restricciones de reunión y la obligación de permanecer en casa.
«Estas medidas restringían las conexiones sociales y se asociaban a un mayor malestar psicológico, una menor valoración de la vida y una menor opinión del gobierno en comparación con los habitantes de los países eliminadores», concluye el estudio.
«Las respuestas gubernamentales a la pandemia de COVID-19 han sido ampliamente debatidas. A primera vista, puede parecer que los países ‘eliminadores’ aplicaron estrategias mucho más duras que otros países, debido a sus prohibiciones de viaje internacional, ampliamente difundidas. Pero, en realidad, la gente dentro de estas fronteras disfrutó de más libertad y de medidas de contención internas menos restrictivas en general que los ciudadanos de los países ‘mitigadores'», comenta la líder de la investigación, Lara Aknin, de la Universidad Simon Fraser (Canadá).
Los autores señalan que las políticas efectivas para contener la pandemia deben ir acompañadas de estrategias y recursos para abordar los impactos adversos en la salud mental.
Para futuras pandemias, los investigadores sugieren que los gobiernos podrían dar prioridad a políticas que reduzcan la transmisión del virus pero que impongan menos restricciones en la vida cotidiana, como restringir los viajes internos en lugar de restringir las reuniones.
Sugieren que una estrategia de eliminación, con el uso oportuno de las pruebas y el rastreo de contactos, podría minimizar las muertes sin requerir medidas políticas más restrictivas para contener la propagación del virus.