- Javier Olariaga y Elena Santos, socios y pareja, han puesto en marcha este proyecto de cocina casera, gamberro, rico y divertido, a medio camino entre restaurante casual y take away buenrollero, fruto de una necesidad real en su familia: el hartazgo de cocinar y la falta de opciones asequibles de delivery más allá del fast food.
- Ubicado a un paso de la plaza de Olavide (calle Juan de Austria, 14), en el barrio de Chamberí, The Food Dealers nace con la misión de «ofrecer comida de la que alimenta el alma, de calidad y a precios asequibles para disfrutar del placer de no cocinar» y entre sus hits destacan la burgóndiga, el bokata koreano y la lasaña.
- Ya sea para comer allí, recoger en el local o pedir a domicilio, cuentan con distintos deals que se adaptan a las necesidades de cada momento, ofrecen un menú de martes a viernes al mediodía, tienen platos especiales los fines de semana y organizan packs en fechas especiales.
«Divertido en fondo y forma, un concepto fácil de digerir y distinto en el barrio», así definen Elena Santos y Javier Olariaga The Food Dealers. Socios en el que es su primer establecimiento hostelero y pareja en la vida, estos dos publicistas (que se autodenominan ‘cocinillas de siempre’) tras la pandemia se dieron cuenta de que, en su familia, con dos niñas pequeñas en casa, estaban realmente hartos de cocinar y pensar el menú diario y cuando querían pedir a domicilio la oferta a precios amigables se reducía a fast food. De esta necesidad propia y de estudiar y conocer la oferta del barrio de Chamberí, donde residen, nace la idea de The Food Dealers, un proyecto a medio camino entre restaurante casual, take away buen rollero y un delivery con una oferta variada y joven de comfort food.
«De comida de la que alimenta el alma, de calidad y a precios asequibles para disfrutar del placer de no cocinar» en la que no faltan guisos tradicionales, verduras bien tratadas, platos fáciles de compartir y alguna referencia de fast good food fuera de lo común. Con esta idea clara acaban de abrir en un pequeño local en la calle Juan de Austria, 14, a pocos pasos de la Plaza de Olavide, donde todo se cocina en el día y todos los productos que se utilizan, en la medida de lo posible, son de comercio vecino, hacen barrio.
El diseño como protagonista
En este proyecto el diseño juega un papel vital, en gran parte por la trayectoria de sus artífices. Elena Santos es socia y directora creativa del estudio eleyuve, responsable de la creación de marcas como BOROW y restaurantes como Terracotta, Naked and Sated y Religion Coffee, entre otros, y Javier Olariaga ha dedicado más de 20 años de su carrera al diseño gráfico, editorial y audiovisual.
Por eso, para crear la identidad de su proyecto más personal han contado con el ilustrador Del Hambre y han apostado por un local callejero y sencillo donde predominan materiales de obra diseñado por la joven interiorista Marina Stancanelli para conseguir traer la calle (lugar donde su comida vive gran parte del tiempo hasta que llega a casa) al interior del local «queríamos que la comida fuera lo importante y que el local no canibalizara a lo gastro».
La Burdóndiga, una gochada sabrona y adictiva
Como buenos ‘traficantes de comida’, a sus platos los han bautizado como ‘merca’ y en el poco tiempo que llevan abiertos, en esta lista fija ya cuentan con un superhit: la burgóndiga. Se trata de una burger-albóndiga que aúna los dos mundos de estas recetas a la perfección. La albóndiga de 160 gramos rellena de queso provolone y horneada, se presenta envuelta en un brioche de mantequilla que elabora a diario Alma Nomad Bakery (sus vecinos de calle), coronada con más queso provolone fundido y parmesano rallado, se sirve junto a una salsa de guiso especial de receta secreta que, advierten, es adictiva, y se acompaña de unas patatas fritas caseras con un toque de pimienta.
En este apartado de fast good food cuentan con más opciones como el bokata koreano de gambones, que preparan a la plancha, con queso fundido y salsa mayo de Gochujang y sirven entre pan de cristal con lombarda encurtida en mirim o el fish & chips de merluza y mayonesa de lima. En los entrantes las opciones son la ensaladilla rusa con gambas servida en unos boca-bits naturales (al estilo de paloma salmantina), los donuts de pollo con mezcla secreta de especias y los patacones de cochinita pibil, además de croquetas de jamón o tortilla de patatas.
Un concepto gamberro y dinámico
Cuentan con opciones de cuchareo, pasta y arroz como los garbanzos con gambones, la lasaña de calabaza, gorgonzola y avellanas y la ternera thai y platos de verduras como el curry de coliflor. El bonus track es su especial fin de semana: una milanesa de ternera con salsa de tomate casero y mucha mozzarella. En postres, dos opciones, su tarta de lima caserita con base de galleta salada y la bomba de choco y wasabi, un pastel de chocolate negro con ganache de chocolate blanco, wasabi y escamas de sal Maldón.
Toda la cocina de The Food Dealers se puede tomar en su pequeño ‘dinner’, con espacio para 15 comensales, se puede pedir para recoger en el local y también lo envían a domicilio. Cuentan con su propia app para pedir su delivery (https://thefooddealers.goxoapp.com/) que sirve dentro de la M30 y también se puede pedir a través de Glovo y Just Eat. Como los ‘dealers’ han creado este concepto a su imagen y semejanza, han pensado en las diferentes necesidades y estados en los que sus clientes se encuentren a la hora de decidirse a pedir en casa y han creado algunos ‘Greatest deals’ que se adaptan a las apetencias de cada día o momento, si se ha trasnochado el día anterior, si no apetece cocinar y hay niños en la mesa, si es solo para uno… Además, muchos de sus platos se pueden encontrar diariamente y en medias raciones en su Menú Deal del día (12,50 €), que acompañan también con dos primeros y dos segundos nuevos cada semana, según lo que les ofrezca el mercado.