Dormir la siesta engorda: ¿Mito o realidad?

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Dicen que no hay costumbre más española que la siesta. Y es que ese plácido sopor que nos invade después de haber disfrutado de una sabrosa comida invita a ello, especialmente en los meses de verano. Por eso es una práctica más mediterránea, por el clima. Los beneficios de la siesta son muchos, eso sí, si se sabe dormir que como en todo tiene su truco. También es verdad, que a pesar de ser uno de los lujos más democráticos que las personas nos podemos dar, tiene su cierto lado de mala fama. 

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La siesta supone un chute de energía

Sea como sea, dormir la siesta normalmente implica un chute de energía, que nos da las fuerzas y el ánimo para afrontar lo que queda de día. Eso sí, el truco está en el tiempo que le dediquemos, porque si nos pasamos y logramos entrar en sueño profundo nos despertaremos abotargados, probablemente de mal humor y será muy difícil ya poder remontar el día. Además, seguramente nos pasará factura en el sueño nocturno y esa noche nos costará conciliar el sueño.