El pollo asado es todo un clásico de la cocina y no hay quien se resista a su sabor; además, es prácticamente un plato que se cocina solo, ya que simplemente hay que tener la magia de condimentarlo bien, y el horno se encargará de todo. Por supuesto, un par de trucos se harán necesarios para que quede jugoso y crujiente.
Uno de los principales dolores de cabeza que puede producirte su preparación, es el hecho de lograrlo bien jugosito en su interior, pero espectacularmente crujiente por fuera; y sí, seguramente ya has visto los consejos de los mejores chefs, pero con esta receta práctica, te quedarás enamorado definitivamente.
7Termina todo para llevar al horno
Al haber añadido las patatas en la bandeja del pollo, la cocción de estas se hará al mismo tiempo y a su vez absorberán todo el aroma y sabor de los ingredientes usados en la preparación.
Una vez que las tengas en la bandeja, vierte el aceite con tomillo que tenías reservado sobre las patatas y el pollo para, ahora sí, llevar al horno.