El Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, en una operación conjunta con Policía Nacional, ha desarticulado una organización criminal asentada en las provincias de Sevilla y Cádiz que se dedicaba presuntamente a la introducción y distribución de grandes cantidades de cocaína —camuflada en un contenedor declarado de tarimas de madera— que adquiría con los beneficios obtenidos por el contrabando de tabaco.
La operación, dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla con el apoyo de la Fiscalía, se ha saldado con la detención de diez personas y la incautación de media tonelada de cocaína, más de 800 kilos de picadura de tabaco de contrabando, tres vehículos, 29.000 euros en efectivo, dispositivos electrónicos, una motocicleta, un detector de frecuencias y numerosa documentación, tal como ha informado la Agencia Tributaria este lunes en una nota de prensa.
En el marco de la operación, que comenzó a principios de este año, se han realizado una docena de registros tanto en domicilios como en naves en las localidades sevillanas de Santiponce, Camas, Valencina de la Concepción, Sevilla capital, Gines, Mairena del Aljarafe, Palomares del Río y en Algeciras (Cádiz).
Los investigadores tuvieron conocimiento a principios de 2022 de la existencia de una organización criminal que pretendía introducir una gran cantidad de cocaína en la provincia de Sevilla, utilizando para ello contenedores procedentes de Sudamérica. Como resultado de las averiguaciones, y tras el «detenido análisis» de la documentación aduanera, se detectó la llegada al Puerto de Algeciras de dos contenedores con contenido declarado como tarimas de madera.
Con origen en Asunción (Paraguay), la mercancía iba a ser importada por una empresa radicada en la provincia de Sevilla, relacionada con la organización que ya se estaba investigando. La ruta de los contenedores, que se inició en Paraguay, continuó por Argentina y Marruecos, hasta llegar a España. A primeros de marzo pasado, los contenedores llegaron al puerto algecireño, procediéndose a su descarga e inspección del contenido.
En el interior de uno de los contenedores, tras dos palés de madera, se detectó una «especie de cofre» que contenía 500 paquetes de cocaína, con forma rectangular, de un kilo aproximadamente cada uno. Tras su descubrimiento, funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Sevilla, y agentes de la Policía Nacional, procedieron a realizar el seguimiento y entrega vigilada de los contenedores.
Días más tarde, el contenedor que transportaba la droga, siguiendo órdenes de la organización contrabandista, fue llevado hasta una nave situada en la localidad de Santiponce (Sevilla). Como consecuencia del operativo de seguimiento especial, se procedió a la detención de cuatro individuos: uno de ellos dentro de la nave, otro que realizaba tareas de contravigilancia en los alrededores, también al arrendatario de la nave y, finalmente, al administrador de la sociedad importadora.
Posteriormente, se consiguió retener el envío, ya en marcha, de 28,5 kilos más de picadura de tabaco a nombre de las dos empresas implicadas, con lo que el total de picadura de tabaco aprehendida ascendió a 836,5 kilos. De esta manera, «se puso de manifiesto la utilización del contrabando de tabaco para conseguir financiación necesaria para sufragar los costes de compra e introducción de la droga».