El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Majadahonda ha levantado la imputación a un empresario acusado de drogar y abusar en una fiesta en un chalé a lo que se conoce por una ‘Sugar Baby’, una mujer que mantiene una relación sentimental basada en el intercambio de sexo por lujosos regalos.
Así consta en una sentencia, en la que el juez acuerda el sobreseimiento de las actuaciones al no dar validez al testimonio de la supuesta víctima y ante sus contradicciones.
Los hechos objeto del procedimiento tienen su origen el 12 de mayo de 2021 cuando el acusado, de 47 años, organizó una barbacoa en su propia vivienda, a la que acudió una joven con la que mantenía una relación a cambio de regalos y una amiga de ésta también ‘sugar baby’.
Los asistentes a la fiesta estuvieron bebiendo hasta las 20.30 horas, cuando abandonaron la vivienda quedando en ella únicamente el anfitrión y las dos mujeres. El hombre mantuvo relaciones con la que no era su pareja y ésta se enfadó, marchándose de la habitación.
Tras ello, le exigió al hombre que mandara a otra habitación a su amiga, a lo que éste aceptó. Por la mañana, la mujer trasladó a su amiga su malestar y abandonó la vivienda. Esa misma tarde, llamó al médico de cabecera por la sospecha de haber podido ser drogada, y en el hospital se hizo una prueba de tóxicos donde dio positivo por Benzodiacepinas.
Según la mujer, no consumió voluntariamente ninguna sustancia estupefaciente manifestando que los actos sexuales no fueron consentidos. La mujer acusó al hombre de drogarla y abusar sexualmente de ella.
El acusado, defendido por el despacho Ospina Abogados, mantuvo que las relaciones sexuales fueron plenamente consentidas y que nadie drogó a la denunciante. Además, afirmaba que la denunciante se enfadó al sentirse desplazada y no formar parte de la relación sexual.
En instrucción, la abogada Beatriz Uriarte sostuvo que «no existen elementos periféricos que avalen la versión de la denunciante y sí la de su representado».
Aportó a la causa transcripciones de diversas conversaciones de WhatsApp, en el que pone de manifiesto, entre otros extremos, que las dos mujeres implicadas «estaban registradas en diferentes aplicaciones o páginas web de relaciones sugar daddy«.
El acusado negó haber suministrado sustancias a la denunciante y ningún testigo observó echar ninguna sustancia en la bebida de la denunciante.
Uriarte expuso ante el juzgado que la supuesta víctima toma medicamentos para el tratamiento de la epilepsia que sufre, y el «Clobazam», por el que dio positivo en benzodiacepinas.
«No existen elementos corroboradores ni indicios objetivos o subjetivos, principales o periféricos, directos o indirectos, o ni siquiera circunstanciales de la versión de los hechos ofrecida por la denunciante, acerca de unas supuestas relaciones sexuales inconsentidas, inducida por un supuesto consumo de tóxicos«, afirma el juez en el auto de archivo.
Agrega el auto que «la declaración exculpatoria del investigado se ve plenamente corroborada por el testimonio de todos los testigos que han declarado a lo largo de la instrucción de la causa, y especialmente por el de una testigo que presenció las relaciones sexuales de forma directa y presencial, quien manifestó que la denunciante prestó en todo momento el consentimiento a las mismas, y no estaba ni drogada ni mareada cuando ocurrieron los hechos».