El 25 de abril recordamos a un ilustre de la iglesia, San Marcos evangelista

Se trata de una de las figuras más prominentes del Nuevo Testamento, cuyos escritos son base fundacional de la religión cristiana, ya que fueron elegidos de entre muchos, en el Concilio de Nicea de 325, organizado por el Emperador Constantino, para formar parte de los cuatro evangelios que cuentan la vida y las enseñanzas de Jesús. Por ello, se convirtió en uno de los cuatro grandes, junto con Lucas, Mateo y Juan.

San Marcos evangelista

San Marcos Evangelista

Pero ese no es el único honor que ocupa a la figura de San Marcos evangelista, sino que, además de haber sido discípulo del apóstol Pedro, fue el fundador de la Iglesia Cristiana en Alejandría, de modo que su palmarés es impresionante. Suyo es el segundo libro del Nuevo Testamento en la Sagrada Biblia, en el que pudo relatar la vida completa de Jesucristo, desde que nació hasta que resucitó. San Marcos originalmente fue un judío nacido en Jerusalén, y se cree que también falleció allí, aunque no existen datos concretos de ello. Se ha concluido que San Marcos es quien escribió el evangelio canónico más antiguo de los que han podido ser encontrados y por ello fue incluido como uno de los cuatro evangelios aceptados en el Concilio de Nicea. En él recoge todas las enseñanzas que dejó el apóstol Pedro, quien fuera maestro de San Marcos y es muy común que aparezca representado pictóricamente junto a con un león con alas, que sostiene en sus garras un libro y una espada.

Hay que acotar, no obstante, que San Pedro no fue el único maestro de San Marcos, sino que antes había sido discípulo de Pablo de Tarso, pero éste emprendió el primer viaje como misionero junto a su primo Bernabé. Estando en Antioquía, hoy una ciudad que pertenece a Turquía, tuvo lugar la primera misión que logró reunir a todos estos santos, pero que pudo haber resultado en un conflicto entre los mismos, ya que luego de esta reunión, Pedro y Pablo separaron sus caminos religiosos, así como Pablo de Tarso más tarde se separó igualmente de su primo Bernabé, quien terminó por unirse a San Marcos, hasta que unos años más tarde San Marcos se reencuentra con Pablo de Tarso.

San Marcos viaja con San Pedro, quien se convirtió en su verdadero maestro, llegando hasta Roma, para dejarlo allí y dirigirse luego a la ciudad de Alejandría, en la que fundó la Iglesia Católica oriental. Sus escritos y su influencia verdaderamente han determinado el curso de la acción de la iglesia católica por veinte siglos, debiéndose a San Marcos muchas de las enseñanzas sobre la vida y las obras de Jesús y de los Apóstoles, y es el Santo Patrón de Venecia, donde su catedral y su plaza son visitadas por veinte millones de turistas todos los años y realmente es una obra de arte exquisita de la arquitectura, declarada patrimonio artístico de la humanidad.

Aunque San Marcos evangelista es lo suficientemente importante como para ser recordado en este 25 de abril, el santoral romano también celebra la vida y la sobras de otros beatos y santos que sirvieron de ejemplo para sus hermanos, entre los que podemos mencionar a San Aniano, San Clarencio, San Esteban de Antioquía, San Febadio, San Pasícrates, San Pedro de Betancur, Santa Franca, Santo Erminio, Beato Bonifacio Valperga, Beato Guillermo Marsden, Beato Juan Piamarta y Beato Roberto Anderton