Algo tan normal y habitual como es el hecho de guardar en la nevera una lata de conserva abierta, es un gesto que conlleva algunos riesgos. Entre los más “inofensivos” está el peligro de que el resto de los alimentos del frigorífico se contaminen o que el producto que se encuentra en el interior de la lata adquiera un sabor metálico.
7Bolutismo
Uno de los riesgos más importantes es el bolutismo. Se trata de una enfermedad provocada por una toxina que sintetiza una bacteria, en concreto la clostridium botulinun. Este poco frecuente microorganismo no es capaz de vivir al entrar en contacto con el oxígeno y está asociado especialmente a las conservas de alimentos caseras como frutas u hortalizas. El motivo es que estas no han seguido el proceso adecuado de conservación o que poseen un nivel de acidez muy bajo. Aunque los brotes de dicha enfermedad no son muy habituales, no son nada improbables.