Algo tan normal y habitual como es el hecho de guardar en la nevera una lata de conserva abierta, es un gesto que conlleva algunos riesgos. Entre los más “inofensivos” está el peligro de que el resto de los alimentos del frigorífico se contaminen o que el producto que se encuentra en el interior de la lata adquiera un sabor metálico.
2El material de las latas
Las latas son unos recipientes metálicos que están fabricados generalmente con aluminio y con acero laminado, materiales que son muy resistentes a la oxidación. Por eso, la ventaja principal que aportan a los alimentos es que los protegen y los conservan en un buen estado durante muchísimo tiempo.
Se trata de recipientes herméticos que hace que los alimentos no necesiten frío para conservarse en buenas condiciones. Las conservas no tienen ninguna fecha de caducidad, sino un “consumo preferente”, tal como las normativas sanitarias establecen. Con esa fecha lo que se quiere señalar es el período de tiempo durante el que se estima que el alimento va a estar en perfecto estado. Este normalmente va a oscilar entre los tres y los cinco años dependiendo de cada producto.