Algo tan normal y habitual como es el hecho de guardar en la nevera una lata de conserva abierta, es un gesto que conlleva algunos riesgos. Entre los más “inofensivos” está el peligro de que el resto de los alimentos del frigorífico se contaminen o que el producto que se encuentra en el interior de la lata adquiera un sabor metálico.
10De imperecedero a perecedero
Es importante recalcar que mientras que la lata permanezca cerrada y esté en buenas condiciones, es decir, no esté rota o golpeada, y el proceso de conserva se haya realizado de forma correcta, los alimentos que están en su interior tienen una vida útil muy larga como ya hemos comentado. Pero para ello es necesario que se cumplan una serie de requisitos como que esté guardada en un lugar seco y fresco.
Pero en el momento en que la lata se abre, el alimento de su interior para de ser imperecedero a uno con las características similares de uno perecedero. Por consiguiente, hay que mantener las mismas precauciones que con un producto fresco, pues su vida útil se ve recortada de manera tajante. Esto significa que hay que consumirlo en los días inmediatamente posteriores.
Y por supuesto, habiéndolos traspasado a otro recipiente más adecuado y con su líquido original para que el sabor se mantenga lo más intacto posible. Si tan solo se van a tardar unas pocas horas en consumir el alimento, será suficiente con cubrir la lata con un poco de papel transparente. Pero en este caso la conservación será como mucho de un par de días.