Es posible que hayas oído de él, porque se trata de una de las infecciones de transmisión sexual, que tiene su origen en un virus conocido como herpes simple. El principal medio por el cual se propaga es por tener contactos sexuales, pero se trata de un virus que es recesivo, lo que quiere decir que puedes tenerlo y no manifestarse todo el tiempo, sino en ciertas épocas del año.
Sin duda, se trata de una infección que es muy común, y puede ser que lo tengas y que puedas contagiar a tu pareja sexual sin saberlo, por lo que es muy importante que te informes sobre qué es el herpes genital, las formas de contagio, cómo se manifiesta en el cuerpo y como puedes evitarlo.
El herpes genital
Se trata de un virus que se transmite por mantener relaciones sexuales como una persona infectada, y es posible que permanezca inactivo en tu cuerpo por mucho tiempo y manifestarse en el momento menos esperado, pudiendo reactivarse en varias ocasiones en el período de un mismo año.
Lamentablemente, no existe una cura para este virus, aunque si hay medicamentos con los que es posible aliviar sus síntomas e inclusive reducir los riesgos de infectar a otros, aunque usar preservativos es la medida profiláctica por excelencia, para evitar no sólo el herpes genital, sino cualquier enfermedad que se transmita por contacto sexual y el herpes es una de las enfermedades que puede transmitirte un beso.
¿Cuáles son los síntomas del herpes genital?
Las personas que sufren de herpes genital normalmente sienten dolores, llagas y picor en el área de los genitales, pero puede ser que una persona sea portadora del virus y no sufra de ningún síntoma o signo, y de todas maneras es posible que contagie a otros. De hecho, una gran parte de los individuos que están infectados con este virus de herpes simple desconocen que lo sufren, bien porque no muestran los síntomas o que éstos son muy leves.
¿Cómo se presentan estos síntomas?
Los síntomas pueden ser visibles o invisibles, pero cuando se manifiestan con bastante potencia, suelen ser muy molestos, y éstos son:
- Picor o dolor: cuando la persona comienza a experimentar dolor o hipersensibilidad en el área de los genitales, hasta que la infección se vuelve recesiva y aparenta que se desaparece. Recuerda que para este virus no hay cura.
- Diminutas ampollas blancas o pequeñas protuberancias rojizas: estos signos pueden aparecer a los pocos días o a las pocas semanas después de que te has infectado.
- Aparición de úlceras: es posible que se forme una úlcera en caso de que te salga una ampolla y esta se reviente, liberando un líquido o sangre. La aparición de estas úlceras podrían producirte dolor cuando orines.
- Costras: cuando las úlceras se van cicatrizando la piel va a formar una costra.
- Cuando adquieres este virus por primera vez, es posible que se presenten síntomas muy parecidos a los de una gripe o un resfrío, con inflamación de los ganglios linfáticos ubicados en la ingle, fiebre, dolores musculares y de cabeza.
¿Dónde pueden aparecer estos síntomas?
Las pústulas o ampollas suelen aparecer en el sitio por el cual accedió a tu cuerpo la infección, pero si la tocas y luego te pasas los dedos por otras áreas del cuerpo o te rascas, es posible que la infección de esparza, inclusive a los ojos.
No obstante, donde normalmente se presentan las ampollas son la uretra, que forma parte del tracto urinario y es la conexión entre la vejiga y el exterior del cuerpo, por donde sale la orina, pero también en la boca, el ano, los glúteos y los muslos.
Si eres una mujer, es posible que los signos de esta enfermedad se manifiesten en el cuello uterino, en los genitales externos y en la zona vaginal. Si eres un hombre, estos signos pueden aparecer en el escroto o en el pene.
¿El herpes genital puede manifestarse varias veces?
Si, y cuando esto ocurre recibe el nombre de recurrencia, que es una situación que se presenta con cierta frecuencia, aunque el herpes genital puede manifestarse de maneras diferentes en cada persona. Es posible que estos signos reaparezcan de forma recurrente por años, pero si tu organismo tiene un sistema inmune deprimido, es posible que sufras de varias recurrencias al año.
Sin embargo, en muchos individuos las recurrencias suelen ir menguando con el paso del tiempo. Cuando la recurrencia va a comenzar, es posible que sientas determinados síntomas como picor, hormigueo o ardor en el lugar por donde el virus tuvo acceso a tu cuerpo, o también dolores en la zona lumbar, en piernas y en glúteos. Pero una recurrencia suele ser menos dolorosa que el primer brote de la enfermedad y, por lo general, las ampollas logran curarse con más rapidez.
¿Cuáles son las causas del herpes genital?
Lo primero que debemos explicarte es que hay dos clases de infecciones que causa el herpes simple que es el origen del herpes genital, que son:
- Herpes simple clase 1: generalmente ocasiona un herpes en el área de los labios, que también recibe el nombre de herpes bucal. Esta clase de herpes se transmite de manera cutánea, pero puede afectar el área genital si una persona infectada practica el sexo oral. La aparición de esta clase de herpes es menos recurrente.
- Herpes simple clase 2: es el que causa el herpes genital y se contagia por medio de las relaciones sexuales o por entrar en contacto directo con la piel del infectado. Es muy recurrente y absolutamente contagioso, con independencia de que el portador tenga o no ampollas.
Para tranquilizarte, es prácticamente imposible que te infectes al sentarte en un inodoro, o por usar toallas o cualquier objeto que haya sido usado por un individuo infectado. En todo caso, si tiene la sospecha de que te has contagiado, lo que podemos recomendarte es que hagas una cita con un médico especializado y que comiences a utilizar medidas profilácticas, para que no contagies a nadie más.
Pero el riesgo de contraerla se incrementa si eres una persona que tiene varias parejas sexuales, por lo que estarás más expuesto y si ya estás contagiado, piensa que estarás exponiendo a los demás a adquirir este virus que es incurable.
¿Cómo se previene el herpes genital?
Con medidas profilácticas como el uso de preservativos, o practicar la abstención sexual si alguno de los miembros de una pareja tiene una recurrencia en cualquier sección del cuerpo y si estás embarazada y sabes que tienes herpes genital, debes notificarlo al médico, porque puede contagiarse al bebé.