El Domingo de Resurrección es conocido también por los nombres de Pascua Florida, Pascua de la Resurrección, o Domingo de Pascua, siendo la festividad más importante del cristianismo, junto con la natividad, y en este día, según los evangelios canónigos, se conmemora la resurrección del hijo de Dios, que resucitó al tercer día de su crucifixión, y con este día concluye la celebración de la semana santa y de lo que se conoce como el triduo pascual, en el que se recuerda la muerte y la resurrección de Jesucristo.
Pero en este día también recordamos la vida de San Aniceto, quien fue el onceavo Papa de la Iglesia Católica, y según los datos históricos, a él se le atribuye el intento de convencer a Policarpo de Esmirna para que se celebrase la Pascua de la Resurrección el domingo siguiente al día 14 de Nisán. De acuerdo con los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadísticas, en España, aproximadamente 2.400 hombres han sido bautizados con el nombre de Aniceto, así que, en caso de que conozcas a alguno, no se te olvide felicitarlo.
San Aniceto
En el transcurso del cristianismo hemos tenido más de 260 papas, y entre los primeros se encuentra San Aniceto. Los datos históricos reflejan que nació en la antigua ciudad de Emesa, hoy conocida con el nombre de Homs, ubicada en Siria, su papado tuvo lugar entre los años 155 y 166, y tal como ha ocurrido con casi todos los papas de aquellos tiempos, es muy poco lo que se conoce de lo que era su vida antes de ascender al trono de Roma. Lo que sí ha podido comprobarse es que fue el primero en tratar de que se modificara la celebración del domingo de resurrección, pero sus intentos no rindieron los frutos esperados.
Lo que sabemos hoy sobre la celebración de la Pascua Cristiana es que la celebración de la resurrección de Jesús se celebra de manera inalterada el domingo en el que finaliza la semana santa, pero en la época de San Aniceto, en el imperio oriental esta celebración ocurría siempre el llamado día 14 de Nisán, de acuerdo con la tradición joánica. Nisán era el primer mes en el calendario bíblico hebreo, y en el hebreo de la actualidad Nisán se corresponde con el séptimo mes.
En el imperio de occidente, la iglesia consideraba que el domingo de resurrección debía ser celebrado el domingo siguiente al día 14 de Nisán, que era también la creencia de San Aniceto, de modo que, el que en aquella época, Policarpo, quien tenía el cargo de Obispo de Esmirna, viajó hasta Roma para discutir ese asunto y tratar de que la unificara la celebración, a lo que San Aniceto respondió tratando de convencerlo para que fuera modificada la fecha. No obstante, Policarpo, quien había sido discípulo de la línea del apóstol San Juan, no pudo ser convencido, de modo que continuó celebrándose el Domingo de Resurrección de acuerdo con la tradición joánica, mientras que en la Iglesia Occidental, se siguió la línea de pensamiento de San Pedro.
Los historiadores no son unánimes al respecto, pero se ha concluido que San Aniceto falleció un día 17 de abril, habiendo sido martirizado, siendo enterrado en las Catacumba de San Calisto, en la ciudad de Roma, aunque su cabeza fue separada del cuerpo y entregada a Minucio, quien era el Arzobispo de la ciudad de Munich, en algún momento del año 1590 y es venerada hoy en la iglesia jesuita de esta ciudad de Alemania.
El 17 de abril no sólo recordamos a San Aniceto, sino que igualmente celebramos las obras y la vida de otros beatos y santos católicos, entre los que cabe mencionar a San Acacio de Melitene, San Donnan abad, San Inocencio de Tortona, San Pantagato de Vienne, San Roberto de Chaise-Dieu, San Roberto de Molesmes, San Ustazades, Beata Catalina Tekawitha, Beata Clara Gambacorti, Beata María Ana de Jesús Navarro de Guevara, Beato Enrique Heath y Beato Jacobo de Cerqueto.