Luego de recordar la pasión y crucifixión de Jesús, el sábado santo es el segundo día de la pascua judía, pero para las confesiones cristianas, se conmemora el descenso de Jesús al sepulcro, su llegada a los infiernos y se realiza la vigilia pascual, en espera de la resurrección de nuestro señor, pero este año coincide con la celebración de Santa Engracia de Zaragoza.
Santa Engracia de Zaragoza
Fue una santa que murió martirizada. Nació en la ciudad de Braga, en Portugal, y murió en la ciudad de Zaragoza, donde todavía se conservan sus restos mortales y fue una víctima más de la persecución romana ordenada por el emperador Diocleciano durante el año 303. Santa Engracia de Zaragoza fue una novicia joven que se dedicaba a viajar, junto con los integrantes de la corte desde Portugal hacia el Rosellón, en Francia, sitio en el que deseaba reunirse con el hombre que amaba y que era un jefe de la milicia romana.
Su viaje fue normal, hasta que al pasar por la ciudad de Zaragoza decide interceder por el bien de los cristianos que se encontraban en ese lugar. De hecho, decidió abogar en su favor ante el tribunal romano, lo que no cayó muy bien a las autoridades, provocando que ella misma fuera detenida y sometida a torturas, ya que en Zaragoza había muchos perseguidores del cristianismo, entre los que se dice que se encontraba Diaciano, y una de las torturas a las que la sometieron fue ser arrastrada por caballos durante un trecho importante, luego procedieron a realizarle cortes en el cuerpo, llegando a cortarse una sección del hígado, hasta que finalmente se ordenó que se le clavara un clavo en la frente.
Pero ella no fue la única que sufrió el tormento y el martirio, sino que también lo padecieron sus 17 acompañantes, entre los que se encontraban Apodemio, Primitivo, Evodio, Ceciliano, Félix, Fronto, Publio, Quintiliano, Julia, Urbano, Marcial, Suceso, Luperco y otros cuatro que tenían por nombre Saturnino, o al menos, eso es lo que se desprende de los documentos que se guardan en la Parroquia de Santa Engracia que se encuentra en la capital de Aragón.
Otro santo al que se recuerda el 16 de abril es San Benito José Lambre, quien fue un católico que se dedicó a hacer penitencia durante gran parte de su vida, que transcurrió en el siglo XVIII, logrando hacer varias peregrinaciones a los santuarios más célebres, vistiéndose con harapos, viviendo de las limosnas que podía conseguir en el camino, para dar ejemplos de penitencia y de piedad, hasta que al final regresa a Roma, donde dedicó el resto de su vida a la oración, en medio de una pobreza extrema. Pero hoy también recordamos a otros beatos y santos que fueron un ejemplo para los cristianos de su época, entre los que podemos mencionar a Santa Bernardina Soubirous, San Contardo de Brona, San Drogón, San Fructuoso de Braga, San Leónidas compañeras mártires, San Magno de las Órcadas, San Optato y compañeros mártires, San Toribio y Beato Joaquín de Siena.
