Cada viernes santo recordamos una de las conmemoraciones más profundas y representativas del cristianismo, pues se trata del sexto día de la semana santa, encontrándonos en plena celebración de la pascua judía, pero los cristianos, cualquiera sea su confesión, ortodoxos orientales, metodistas, luteranos, anglicanos, ortodoxos o católicos romanos, recordamos la crucifixión y la muerte del hijo de Dios, Jesús de Nazaret, incluyendo todos los hitos sobre la pasión del Cristo. Además, este 1 de abril celebramos a San Telmo confesor.
San Telmo confesor
Su nombre era Pedro González Telmo y está considerado como uno de los santos de la época medieval más importantes para la tradición cristiana. Los datos históricos demuestran que nació hacia finales del siglo XII, en Palencia, provincia de Castilla-León, en una familia muy devota, fue bautizado en la iglesia románica de San Martín de Fromista, incluso un familiar muy cercano, que fue quien se encargó de la educación de San Telmo confesor, llegó a ser nombrado Obispo de Palencia. Se cuenta que San Telmo era un joven muy inteligente, pero que gustaba de la vida libertina y licenciosa, asistiendo en su tiempo libre a todos los eventos y fiestas a las que era invitado.
Pero gustar de los festejos era una cosa muy diferente a lo que pasaba por su mente, permanece comprometido con su formación religiosa, llegando a convertirse en un lapso muy corto en Deán, no obstante, su vocación real tiene otras finalidades, de modo que San Telmo decide renunciar a dicho cargo e ingresa en la orden de los frailes dominicos, en el convento de Palencia que había sido fundado hacia poco tiempo por Santo Domingo de Guzmán, para entregarse a las actividades de oración, compartiendo todo lo que hasta el momento había aprendido con los fieles, y atendiendo a los menos favorecidos y a aquellos que se encontraban enfermos.
Estas actividades llevan a San Telmo a viajar por muchos lugares, en los que ofrece sermones a multitudes entre las que se encuentran toda clase de personas, encontrándose finalmente con el ejército que está comandando por quien fuera el Rey Fernando III de Castilla, y tiene la oportunidad de darle consejos en su rol de confesor, llegando a ocupar ese cargo por muchos años.
Fernando se convierte en rey de dos reinos, gracias a las luchas encarnizadas en contra de los musulmanes, conquistando Andalucía, y San Telmo confesor se encontraba en medio de las mesnadas, llevando la palaba de Cristo, ofreciéndole a los soldados sermones y perdones por sus pecados, alentándolos a continuar la labor por la conquista de esa parte de España para la fe católica.
Luego del éxito, San Telmo confesor se trasladó a Lugo, llevando a cabo su actividad cristiana, predicando ante multitudes, frente a las cuales las iglesias no bastan. Introduce a la población en el rezo del rosario y establece contacto con la marinería. Cuando la ciudad de Córdoba es tomada en el año 1236, San Telmo confesor se encontraba allí, ejerciendo su ministerio, pero siendo además confesor y consejero del Rey Fernando, atendiendo igualmente a sus ejércitos.
En la Catedral de Tuy existe un retablo precioso en el que se muestra al rey de rodillas en el interior de su tienda real con San Telmo confesor sentado, oyendo su confesión y dándole consejos, y al terminar la actividad bélica, como no era miembro de palacio, vuelve a Galicia, y en Tuy se dedica a curar a las almas, ejerce de padre e intercesor de los pobres, influye en las conciencias, en particular la de los marineros y pescadores, sembrando las bases de lo que en futuro serían los gremios y las cofradías.
Se cuenta que se le vio haciendo milagros, mandando a las nubles, aplacando tormentas, atravesando el rio Miño a pie, encontrando comida de manera milagrosa y que un aviso del cielo le indicó el día y la hora en que iba a morir. Falleció el 1 de abril de 1246 y su funeral fue presidido por el obispo don Lucas, quien fue el autor del Chronicon Mundi, quien ordenó que se construyera un mausoleo, con el objetivo de conservar de manera religiosa sus reliquias y se dedicó a recoger información judicial para que se abriera su proceso de canonización y santificación.
Además de San Telmo confesor, el 15 de abril también recordamos a otros santos y beatos cuyas obras y vida tuvieran gran relevancia para el mundo católico, entre los cuales mencionamos a San Abundio de Roma, San Crescente, San Marón de Piceno, San Ortario de Landelles, San Paterno de Scissy, San Pausilipo, San Teodoro, Santa Potenciana, Beato César de Hus y Beato Damián de Veuster.