La primavera trae consigo los molestos síntomas de la alergia al polen. Es una de las afecciones más sufridas por la población. De hecho, en España alrededor del 20% de la población la padece. Algunos de los síntomas más comunes son la congestión nasal, el lagrimeo y enrojecimiento de los ojos, la conjuntivitis o el aumento de la mucosidad nasal. No existe remedio que lidiar con ello, pero si una serie de consejos que te ayudarán a mejorar y así, poder disfrutar de esta estación tan bonita. A continuación te recomendamos una serie de hábitos que, si los adoptas, mejorarán sensiblemente tu exposición al polen.
1Alergia: evitar el contacto con el alérgeno
Para poder evitar el contacto con el alérgeno primero debemos identificar el tipo de alergia que se tiene para afrontarla con precisión y de forma efectiva. Lo fundamental es acudir al especialista para determinar el alérgeno y con ello el tratamiento adecuado.
Las pruebas en sangre miden la cantidad de anticuerpos IgE en la sangre. Una pequeña cantidad de anticuerpos IgE es normal. Pero tener niveles de IgE altos puede indicar una alergia. Una prueba cutánea de IgE es otra manera de detectar alergias midiendo los niveles de IgE y buscando una reacción directamente en la piel.