Probablemente seas un lasallista, porque pudiste estudiar en un Colegio de La Salle, y si no fue así, por supuesto que has escuchado que estos Colegios existen, no sólo en España, sino prácticamente en todos los países en los que existe una comunidad católica y toda esa gran organización mundial que tienen hoy, se debe a la vida y la obra de San Juan Bautista de La Salle.
San Juan Bautista de La Salle
Es el santo cuya labor educativa ha resonado hasta nuestros días, pasando de ser simples colegios para enseñar las primeras letras a los niños de las poblaciones más austeras, a convertirse en verdaderos centros educativos de gran prestigio en todo el mundo. San Juan Bautista de La Salle es considerado el santo patrono de los educadores cristianos. Este santo es oriundo de una familia muy adinerada, nació en la ciudad de Reims, Francia, ene l año 1651, y desde muy joven tenía claro que quería llevar una vida religiosa.
El padre de San Juan Bautista La Salle no quería que su hijo se dedicara a la vida religiosa, pero logró convencerlo y con apenas 15 años de edad, tuvo el permiso que necesitaba para llevar la carrera eclesiástica que quería, convirtiéndose en Canónigo en la Catedral de Reims. Con 19 años de edad, viajó a París con la intención de prepararse para ser sacerdote, conociendo allí a un grupo de niños pobres que habían sido abandonados y que vivían en la calle, por lo que convenció a otros compañeros para comenzar a darles una educación.
Cuando San Juan Bautista de La Salle cumplió los 22 años, fallecieron sus padres, teniendo que hacerse cargo de la crianza de sus hermanos, pero no dejó aparte sus estudios. Por tener que convertirse en guardián de sus hermanos menores y sus actividades estudiantiles, tuvo que abandonar la tarea que se había impuesto de atender a los niños menos favorecidos, pero logra ordenarse como sacerdote en el año 1678, pudiendo celebrar su primera misa en Reims, su ciudad natal, no regresando a París, pero tiene conocimiento de que en Reims también existen niños abandonados en las calles o de familias que no tenían recursos.
San Juan Bautista de La Salle comienza a dudar respecto a cuál debía ser el trabajo que debía realizar, si dedicarse plenamente al sacerdocio u ocuparse de los niños más necesitados. Encontrándose en el Convento de las Hermanas del Niño Jesús, un niño le pide su ayuda para que se abriera una escuela para educar a los pobres y a los niños abandonados de Reims, y fue ante esa solicitud que San Juan Bautista de La Salle tiene la idea de compaginar su vocación religiosa con la educación de los menos favorecidos, a pesar de que sus familiares estaban en contra de ello.
Con dinero propio, San Juan Bautista de La Salle alquiló una casita en la que fija su residencia y convence a algunos maestros a que se mudaran con él para que educaran a los niños que se encontraban en las peores situaciones. Con el paso del tiempo, se le recrimina que es un personaje muy rico y este santo decidió repartir su fortuna entre los pobres. Al cumplir los 30 años se queda sólo, sin el apoyo de su familia y sin maestros, pero, según él mismo contó, Dios le envió su ayuda, pues se le acercaron muchos jóvenes maestros que eran sinceros y que querían ayudarle en su misión.
Al principio recibieron el nombre de Hermanos de las Escuelas Cristianas y a paso lento, San Juan Bautista de La Salle comenzó a abrir escuelas por toda Francia, unas se enfocaron en la educación de los niños pobres, otras con la misión de enseñar oficios a los jóvenes y otras más especializadas para enseñar a maestros. Pero tuvo inconvenientes con los maestros calígrafos, quienes cobraban por enseñar e increpaban al santo y a sus maestros que no cobraban nada por impartir el conocimiento, al considerar que les estaban quitando su modo de vida. En algún momento, los hermanos que le acompañaban en su obra lo traicionaron, por lo que San Juan Bautista de La Salle y éste, muy entristecido, decide exiliarse en Pasmenia, dedicándose a rezar y a meditar, pero pronto sus hermanos, muy arrepentidos de lo que hicieron, se trasladan hasta allí y le solicitan que regrese y San Juan Bautista de La Salle vuelve, pero su salud ya se encontraba resentida, falleciendo un 07 de abril que coincidió con un Jueves Santo, en el año 1719.
Ese pequeño grupo de Reims hoy constituye una comunidad mundial, que tiene más de un millón de estudiantes en 80 países. Pero el 07 de abril también recordamos a otros santos y beatos que se convirtieron en paradigmas de la fe, como San Aiberto, San Caliopio, San Enrique Walpole, San Hegesipo, San Hermano José, San Jorge de Lesbos, San Pedro Nguyen Van Luu, San Pelusio, Beato Alejandro Rawlins, Beato Eduardo Oldcorne, Beata María Asunto Pallotta y Beato Rodolfo Ahsley