El neerlandés Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) ha conquistado este domingo su segundo Tour de Flandes después de reinar en la 106ª edición de la prueba, tras 272,5 kilómetros entre Amberes y Oudenaarde (Bélgica) en los que se batió mano a mano con el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates), que cedió en los últimos metros y se quedó fuera del podio.
De esta manera, el nieto del mítico Raymond Poulidor se coronó en la clásica de las clásicas para resarcirse del segundo puesto del año pasado y tomar el testigo del danés Kasper Asgreen (Quick-Step Alpha Vinyl Team), a su vez sucesor en el trono de la prueba del holandés, ganador por primera vez en 2020.
Sin el belga Wout Van Aert (Jumbo-Visma), positivo por coronavirus, en la línea de salida de la ‘Reina de la primavera’, los corredores se lanzaron a conquistar el exigente recorrido de 18 ‘muros’ y siete tramos adoquinados que caracteriza al segundo ‘monumento’ del año.
Pronto se formó una fuga de una decena de corredores, y el grupo quedó roto a falta de algo menos de 100 kilómetros para meta. Fue en la subida al Oude Kwaremont donde Pogacar trató de asestar un golpe mortal a la cita, dejando atrás al pelotón para tratar de cazar a los fugados, el británico Fred Wright (Bahrain Victorious) y el neerlandés Dylan van Baarle (INEOS Grenadiers).
Solo Van der Poel y el francés Valentin Madouas (Groupama-FDJ) respondieron al ataque del ganador del Tour de Francia, formando un quinteto que se rompió de manera definitiva en el último ascenso al Oude Kwaremont, momento en el que Pogacar se fue con Van der Poel a su rueda.
Trató de dejarlo atrás en el Paterberg, pero el holandés resistió. La tensión y la lucha les mantuvieron tan ocupados que no se percataron de que tanto Dylan Van Baarle como Valentin Madouas llegaban por detrás, y consiguieron cazarles a falta de cien metros. Van der Poel se libró, pero Pogacar se quedó a las puertas del podio, cuarto, en su estreno en la clásica de las clásicas.