El Papa ha reivindicado en su primer discurso en Malta la necesidad de la «corresponsabilidad europea» en la gestión migratoria, tras denunciar los acuerdos «turbios» con los países del norte de África para las devoluciones en caliente.
«El Mediterráneo necesita la corresponsabilidad europea, para convertirse nuevamente en escenario de solidaridad y no ser la avanzada de un trágico naufragio de civilizaciones», ha aseverado Francisco, que estará menos de 48 horas en el país y que antes de regresar al Vaticano visitará un centro de migrantes. El Papa ha dicho que el Mediterráneo «no puede convertirse en el cementerio más grande del mundo».
Francisco no ha mencionado expresamente los acuerdos de la Unión Europea con Libia para dejar en manos de este país la reducción del flujo migratorio procedente de África y detener las embarcaciones que llegan a Europa a través de la ruta central del Mediterráneo, pero ha criticado «que países civilizados no pueden sancionar por interés propio acuerdos turbios con delincuentes que esclavizan a las personas».
Para el Papa, que se ha reunido con las autoridades del país en el palacio del Gran Maestre, sede de la presidencia maltesa, el fenómeno migratorio no es una «circunstancia del momento», por lo que exige «respuestas amplias y compartidas».
En la reunión, también estaba presente el nuevo primer ministro, Robert Abela, que ganó las elecciones gubernamentales el pasado domingo.
Del mismo modo, el Papa ha asegurado que no pueden cargar con el problema sólo algunos países, mientras «otros permanecen indiferentes». En una referencia indirecta al Convenio de Dublín, que establece que sea el primer país al que llega un inmigrante el que se encargue de estudiar su acogida o rechazo, el Papa ha señalado que en Malta «la creciente afluencia de los últimos años, los temores y las inseguridades han provocado desánimo y frustración».
El país es una isla con una superficie de 316 kilómetros cuadrados y 500.000 habitantes, lo que hace que tenga una de las densidades poblacionales por kilómetro cuadrado más altas del mundo.
La demanda de solicitudes de asilo ha crecido enormemente en los últimos años, aunque la mayoría son finalmente rechazadas. Con todo, la presión migratoria en Malta es muy significativa.
La sombra de la corrupción que dejó tras de sí el asesinato con coche bomba de Daphne Caruana Galizia en 2017 también ha estado presente en el primer discurso del viaje.
En este sentido, el Papa ha instado a las autoridades maltesas a que su compromiso «para extirpar la ilegalidad y la corrupción sea, por tanto, fuerte como el viento que, soplando desde el norte, barre las costas del país» y que «se cultiven siempre la legalidad y la transparencia, que permiten erradicar la delincuencia y la criminalidad».