Los colegios concertados católicos piden que se retrase un año la implantación de la LOMLOE

Representantes de las entidades titulares de los colegios concertados católicos integrados en Escuelas Católicas han reclamado que la Administración financie «adecuadamente» el coste del puesto escolar y que se retrase un año la implantación de la LOMLOE.

Así lo han puesto de manifiesto durante su Asamblea, en la que se han reunido para aprobar la gestión económica, presupuestos y memoria de actividades de la institución, al tiempo que han analizado la situación actual del sector y han fijado las líneas estratégicas para los próximos años.

Según señala la ‘Declaración final’ ratificada al término de la Asamblea, al «déficit crónico» de la partida de ‘Otros gastos’, se ha sumado «el impacto económico no recuperado de la pandemia, las dificultades económicas de las familias, la inflación, los costes de la energía» que «están provocando un escenario donde los centros deben redoblar su eficiencia en la gestión».

Además, han señalado que la posibilidad de acceso a fondos europeos (Next Generation EU) «no disipa el problema estructural de la financiación del módulo de concierto», más aún cuando «dichos fondos pueden ser usados de forma discriminatoria contra la enseñanza concertada».

En el plano legislativo, los miembros de la Asamblea han expresado «preocupación, incertidumbre e inseguridad jurídica» por la LOMLOE y, por ello, han pedido que se retrase su implantación hasta el curso 2023-24.

Esta preocupación se extiende también al Anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario o la nueva Ley de FP, en la que, según han lamentado, se incluyen enmiendas que «refuerzan la enseñanza pública en menoscabo de la concertada». También les genera «intranquilidad» la nueva reforma laboral y la aplicación del VII Convenio Colectivo del sector.

Por otro lado, los responsables de los centros de Escuelas Católicas han querido reconocer expresamente el papel que están jugando los colegios a la hora de acoger a los refugiados de la guerra de Ucrania, «no solo integrando a niños y jóvenes en sus aulas, sino también con gestos específicos de generosidad, ayuda y oración».

También han destacado la respuesta de estos colegios de ideario católico ante la pandemia de la COVID-19 pues «no solo han cumplido con su labor social evitando la brecha digital, sino que han estado por encima en cuanto a atención a las familias y en los conceptos adquiridos por los alumnos».

Respecto a los retos, Escuelas Católicas se ha comprometido a seguir favoreciendo «la cultura del encuentro, el cuidado de la casa común y la construcción de espacios de futuro desde la educación.

En concreto, destacan tres proyectos con los que está trabajando en este sentido: EC+Cerca, Pacto Educativo Global y Shamar-Escuelas del Cuidado. Además, celebrará el XVI Congreso de Escuelas Católicas, del 24 al 26 de noviembre de 2022 en Granada, bajo el lema ‘Inspiradores de encuentros’.

COORDINADOR DE BIENESTAR

Asimismo, aseguran que están trabajando en los protocolos de actuación, requisitos y funciones del Coordinador de Bienestar, derivados de la recién aprobada Ley de Infancia, así como en una programación de cursos de formación y capacitación, con el objetivo de que los colegios sean espacios seguros.

En este sentido, Escuelas Católicas ha «renovado su compromiso» con las víctimas de abusos y ha precisado que no basta con tener buenos códigos de conducta» sino que también es necesario «que la cultura del cuidado y la protección del menor estén claramente visibles, que exista formación por parte de la comunidad educativa en este sentido, así como acompañamiento y atención a las víctimas, y que se denuncien todos los casos».