Si has tenido que pasar por que tu pareja te ha sido infiel, sabrás perfectamente lo que se siente. Y, a los segundos, sabrás perfectamente lo que se te ha pasado por la cabeza: Cobrarte tu venganza. Esto mismo le ha sucedido a muchísimas personas, y unas cuantas decidieron tomarse la justicia por su mano tras descubrir lo hecho por sus infieles parejas.
Unas venganzas que no se suelen tomar en plato frío, y que pueden incluso constituir un delito. En lo único en lo que se piensa en ese momento es en causar el mayor daño posible a la dignidad de la otra persona, pero además de rozar lo ilegal, pueden ser tremendamente divertidas (excepto para quien las sufre, claro está).