Expertos han debatido este jueves sobre el papel de la escuela en el II Congreso de Educación de SM, ‘Ciento Volando, Revuela la educación’, celebrado en formato virtual, ante más de 4.500 docentes.
«Las escuelas tienen que ser reimaginadas, que no solo reflejen la sociedad de la que forman parte, sino que anticipen un mundo mejor», afirmó Fernando Reimers, catedrático de Educación Internacional de la Universidad de Harvard, que abrió el Congreso.
El coro juvenil madrileño Las Veredas puso música al evento con una canción sobre la esperanza dirigida a los niños del mundo. Después de esta inspiradora apertura, la periodista María Gómez, que repitió como maestra de ceremonias de este evento educativo, dio paso a Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM
«El cambio climático, la pandemia, las desigualdades, la guerra, nos interpelan para seguir trabajando de lleno junto a la comunidad educativa para formar a ciudadanas y ciudadanos globales que desde la ética del cuidado sean capaces de afrontar estos nuevos desafíos. El cuidado es el camino para la paz. Por eso, desde la Fundación SM y desde SM os proponemos que juntos cuidemos la educación».
La Fundación SM presentará próximamente la edición en español y portugués del último informe ‘Los futuros de la educación de la Unesco’, en el que ha participado Fernando Reimers, miembro de la Comisión, que desgranó las conclusiones más importantes.
Reimers insistió en que la idea clave que se extrae del informe es que «el aprendizaje tiene que ser auténtico y relevante». «Debe estar conectado con los problemas reales, con el mundo real. Que el estudiante no se sienta en un ejercicio imaginario desconectado de la realidad, sino que sienta que aumenta su propia capacidad de comprender la realidad y que desarrolle sus propias capacidades para transformarla», añadió.
Siguiendo esta idea de transformación, el miembro de la Comisión destacó que uno de los objetivos más importantes para la Unesco es la educación para el desarrollo sostenible. «Las escuelas tienen que anticipar y modelar el futuro al que aspiramos, garantizando los derechos humanos y convirtiéndose en ejemplos de sostenibilidad y de neutralidad de carbono», dijo.
Otro reto al que se enfrenta la escuela del futuro es la unión de la escuela física y la virtual. En este ámbito, la divulgadora científica y experta en tecnología, Silvia Leal habló sobre las tecnologías y su aplicación en las aulas, como el caso de la inteligencia artificial, muy útil en el aprendizaje de las matemáticas o la realidad aumentada, que podrá ser utilizada para crear hologramas en la clase de Historia, por ejemplo.
Para Leal la tecnología supone «un chute de motivación a los alumnos», pero remarcó que «nunca va a tener el espíritu crítico y creativo de una persona. La humanidad del profesor es la que hace que la clase triunfe».
Precisamente el espíritu crítico estuvo muy presente también en las ponencias del resto de referentes educativos. Alberto López, maestro y director en el Colegio Público Juan Pablo I de Granada, desarrolló cómo fomentar el aprendizaje competencial en el aula: «los alumnos deben conocer no solo lo que aprenden, sino cómo lo aprenden».
Por su parte, el catedrático emérito de Psicología Evolutiva de la Universidad de Barcelona, César Coll, explicó cómo programar con el nuevo currículo y subrayó la importancia de «incluir momentos y espacios de reflexión para que el aprendizaje sea personal y otorgue sentido y valor a aquello que se aprende».
El maestro y pedagogo Javier Bahón destacó la importancia de la autorregulación en los alumnos: «Hay que considerar desde las escuelas que el alumno debería ser más curioso, crítico, buscador de la verdad (…) deben aprender a ser personas autorreguladas, que no necesiten de alguien que les diga qué está bien y qué está mal». Por último, la especialista en educación emocional, Laia Mestres defendió que «la educación emocional capacita y genera factores protectores para lidiar con las adversidades. Para nada sobreprotege, al contrario, la idea es dotar al alumnado de una buena autonomía».