El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha querido dejar que la obligación de llevar mascarilla en interiores se levantará en cuanto haya consenso en la comunidad científica y lo avalen los profesionales sanitarios: «En cuanto nos digan, lo haremos al segundo siguiente», ha proclamado.
Así ha respondido al portavoz adjunto de Ciudadanos, Guillermo Díaz, quien considera que ya es hora de acabar con la obligación de llevar la mascarilla, y no sólo en exteriores, sino también en interiores. De hecho, Ciudadanos lo ha defendido esta semana en el Pleno del Congreso y este jueves lo someterá a votación, aunque todo apunta a que no se aprobará.
Guillermo Díaz ha recordado que el propio Sánchez ha estado de viaje oficial en Bruselas y allí no ha necesitado llevar la mascarilla en las reuniones en interiores.
CS: ESTÁ CAUSANDO DAÑO A LA SALUD MENTAL
A su juicio, la mascarilla ya genera «más daño del que evita» y está repercutiendo en la salud mental, especialmente de niños que no han visto el rostro completo de sus profesores y familiares. Para el partido naranja, la mascarilla «no sirve para nada» cuando estás en un restaurante sin ella y solo te la pones para levantarte y quitártela en la calle, y resulta molesta al hacer deporte en un gimnasio.
Su diagnóstico es que «la vacuna ha convertido» el covid en enfermedad leve, algo por lo que felicita al Ejecutivo, y que es momento de suprimir su obligatoriedad. «Muy pronto es tarde, señor Sánchez», ha remachado.
Pero el presidente le ha recordado que sigue habiendo contagios y fallecidos, y que muchos países de la unión europea están por encima de las tasas de incidencia que se venían considerando como graves. «La pandemia sigue matando gente sigue haciendo enfermar a las personas y tener esos parámetros de casos por 100.000 habitantes en 14 días son cifras que deben preocupar –ha replicado–. Debemos ser suficientemente prudentes para tomar esas decisiones».
Sánchez ha reconocido que él también pregunta a la ministra Carolina Darias cuándo se acabará la prohibición, pero la titular de Sanidad siempre le dice lo mismo: hay que esperar al consenso de la comunidad científica y al acuerdo de las comunidades autónomas.
El presidente garantiza que «queda un día menos para que esa obligación se levante», pero sigue pendiente de los científicos y los profesionales sanitarios: «Son los que saben y cuando nos digan que podemos levantar esa obligatoriedad, lo haremos al segundo siguiente», ha zanjado.