El índice de precios al consumo (IPC) de Alemania se situó en el 7,3% en el mes de marzo, lo que supone la cifra más elevada de toda la serie histórica, que se inició en 1991 tras la reunificación del país, según ha informado este miércoles Destatis, la oficina alemana de estadística.
El dato publicado es un indicador adelantado, por lo que la cifra definitiva no se conocerá hasta dentro de varios días. La tasa armonizada utilizada por Eurostat para sus cálculos en la zona euro se situó en el 7,6%, también un nuevo máximo histórico.
La inflación en febrero en Alemania fue del 5,1%, mientras que la tasa armonizada fue del 5,5%, por lo que los precios han escalado más de dos puntos porcentuales en ambos casos.
La apreciación producida en marzo se debe en exclusiva al afecto de los bienes, ya que los servicios mantuvieron su escalada en el 2,8%, la misma cifra que febrero. En el tercer mes del año, los bienes se encarecieron un 12,3%, mientras que en el mes anterior el alza había sido del 7,9%.
En este sentido, los precios de la energía experimentaron un incremento del 39,5% en marzo, frente al alza del 22,5% del mes anterior, al tiempo que los alimentos se encarecieron un 6,2%, nueve décimas más que en el segundo mes de 2022.
Destatis ha explicado que el ataque de Rusia sobre Ucrania ha provocado que los precios del gas natural y de los productos de petróleo registren incrementos destacados y tengan un «impacto considerable» en la inflación. Para observar un dato similar hay que retroceder hasta el otoño de 1981, antes de la reunificación, cuando los precios del petróleo registraron incrementos similares como consecuencia de la guerra del Golfo de ese año.
La oficina estadística también ha indicado que los ‘cuellos de botella’ de la cadena logística y los incrementos de productos energéticos también han afectado a los precios en marzo.
El dato de Alemania se ha publicado el mismo día que el indicador adelantado de España. Este miércoles, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado que el IPC se elevó en más de dos puntos en marzo, hasta alcanzar un 9,8%, su valor más elevado desde mayo de 1985.
A principios de mes, el Banco Central Europeo (BCE) ya había revisado al alza sus expectativas de inflación en sus proyecciones macroeconómicas para incorporar el efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania. De esta forma, elevó en casi dos puntos, hasta el 5,1%, la previsión de alza de precios para el conjunto de la eurozona en 2022.