El presidente del PP de Álava, Iñaki Oyarzabal, ha afirmado que el acuerdo de bases de de la futura ley educativa de PNV, PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU «mete la política» en la escuela vasca para utilizarla como instrumento para el adoctrinamiento nacionalista.
Asimismo, ha pedido a las patronales de los centros religiosos concertados que «levanten la voz» ante este «ataque a su libertad de enseñanza» y no cedan a «ese chantaje» a cambio de conservar su financiación.
El líder de los populares alaveses ha hecho estas aseveraciones durante una comparecencia en la sede del partido en Bilbao para valorar el contenido del acuerdo en torno a las bases de la futura ley educativa que se debatirá a la vuelta del verano, como paso previo a su tramitación como proyecto de ley.
Oyarzabal ha comenzado calificando el debate en torno a la ponencia como un «puro teatro para revestir de consenso lo que era un pacto previo con el que el PNV ha decidido dejar la Educación en Euskadi en manos de Bildu, con concesiones claras a Podemos, y de los sindicatos nacionalistas de la red educativa».
En este punto ha acusado al PSE de haber jugado un papel «tristísimo» tras haber hecho «grandes aspavientos» con el primer documento presentado cuando ha resultado que el documento final es «todavía peor» lo que, a su parecer, confirma que las tragaderas de los socialistas vascos son como para hacérselo mirar».
Oyarzabal ha calificado el acuerdo alcanzado de «sesgado, excluyente, parcial e ideologizado» porque solo busca «contentar al entorno abertzale y no responde a criterios pedagógicos sino políticos desde los que se ataca la libertad de enseñanza».
Desde su punto de vista, el texto acordado va «en contra» de la escuela concertada, especialmente de los centros religiosos católicos e iguala «por abajo» el nivel educativo en medio de un «deterioro progresivo» de la calidad. Además, el texto «señala el camino para desterrar la solvencia», y desprende «un tufo permanente de politización de la educación» porque mete a los políticos en la toma de decisiones de la escuela.
SIN DIAGNÓSTICO
Oyarzabal ha criticado que este documento de bases no recoge «ningún diagnóstico de situación ni análisis serio de las posibles deficiencias del sistema», cuando se obtienen en Euskadi «los peores resultados académicos en una década pese a ser Euskadi la comunidad autónoma que más gasta pero es la novena en resultados académicos, superada por otras que destinan menos financiación».
En el plano lingüístico, el líder popular ha manifestado que, con este proyecto se coloca el euskera como «única prioridad y eje del sistema educativo», ya que «se carga las tres lenguas vehiculares para promover solamente «un modelo D reforzado» que es una imposición y donde no se van a respetar las realidades lingüísticas de cada territorio.
Frente a esto, el PP vasco defiende una escuela «abierta que respete el pluralismo», por lo que pide a los partidos firmantes que «se saque la política de la escuela vasca y dejen de manipular y utilizarla como instrumento para el adoctrinamiento nacionalista».
En este sentido, ha anunciado que representantes de su formación se van a reunir con asociaciones de padres, de patronales y de centros escolares para transmitirles que esta reforma es «un mal documento de base» para la futura ley educativa vasca porque «no garantiza la equidad y hace «cero aportaciones» relativos a ingles, valores, innovación, excelencia e, incluso en materia de educación especial de la que ha alertado de que «no hay ni una sola mención».
CHANTAJE
En este punto se ha referido a las alusiones del documento a los centros de enseñanza concertada, sobre todo, de religión católica. En su opinión, si estas bases se plasman en una futura ley educativa, las ikastolas «se salvarán» pero, en cambio, los centros religiosos católicos «saldrán perdiendo» porque tendrán que renunciar a su ideario para recibir subvenciones, lo que supone, en la práctica, limitar de facto «la libertad de enseñanza porque este proyecto va en la dirección contraria y es un ataque permanente a ella».
Oyarzabal ha lamentado que el Gobierno Vasco y los partidos que han apoyado este texto, «en lugar de preguntarse el motivo por el que la mitad de las familias vascas llevan a sus hijos a centros de la concertada», lo que deciden es «romper ese equilibrio entre redes por la vía de la imposición de una norma que limita la libertad de elección de las familias del centro y va a suponer el principio del fin de la red concertada», ha augurado.
Todo esto, ha proseguido, esconde una pretensión de «chantajear a estos centros religiosos con la retirada de la financiación» y de «acabar con su autonomía» porque toda la red va a estar «teledirigida políticamente» con el objetivo de «uniformizar» todo el sistema porque aspiran a que no se adoctrine en la concertada porque han decidido que «solo se puede adoctrinar desde el ideario nacionalista».
Tras afirmar que Euskadi está ante «una vuelta de tuerca más» para «limitar derechos y libertades y separar a las familias», ha lamentado que estos centros religiosos o patronales como Kristau Eskola sigan «callados ante este ataque a su libertad de enseñanza».
En este punto les ha pedido que se atrevan a alzar la voz ante este «atropello» porque, a su parecer, «no todo vale para conservar la financiación prometida».
Preguntado por qué puede motivar «ese silencio» de patronales como Kristau, Oyarzabal lo ha atribuido a «una promesa de financiarles y a que no quieren líos», pero les ha advertido de que tengan en cuenta que «van a tener el enemigo en casa con esos sindicatos abertzales que, en el fondo, solo aspiran a cargarse el actual modelo de concertada».