Seguro que ya has escuchado alguna vez sobre la ley de Murphy, incluso existe hasta un decálogo denominado las 10 leyes de Murphy que siempre se cumplen, y con esta ley se trata de explicar con bases empíricas, los hechos que ocurren en toca clase de ámbitos de la vida.
No te pierdas este artículo para que entiendas la ley de Murphy y en qué situaciones se aplica, así como su sentido práctica y su uso coloquial, para que comprendas que su contenido es el pesimismo puro.
¿Cómo está formulada la ley de Murphy?
Se puede decir, de forma general, que su formulación básica consiste en la afirmación de que todo lo que puede salir mal, saldrá mal. Por supuesto que se trata de una de las afirmaciones más pesimistas que existen, pero la personan que las usa demuestra una actitud de resignación frente a los avatares que la vida puede presentarnos.
Se aplica a los acontecimientos que pueden presentarse en el futuro y a toda clase de situaciones, desde las que resulten menos importantes, hasta las más trascendentales. Se popularizó gracias a un libro que tiene el mismo nombre escrito por Arthur Bloch, y tuvo tanto éxito que tuvo que escribir después dos libros más, que son La Ley de la Señora Murphy y La Ley de Murphy del 2000.
¿Cuál es la historia de la ley de Murphy?
Esta ley fue formulada por Edward A. Murphy Jr., quien desarrollo su actividad profesional en la experimentación con cohetes sobre rieles, dentro de un programa que fue llevado a la práctica por la Fuerza Aérea de Estados Unidos en el año 1949.
Hay varias teorías en torno al origen de la ley de Murphy y los detalles de su formulación inicial. Se dice que en el lapso comprendido entre 1947 y 1949, se puso en práctica un plan que fue denominado MX100, dentro del campo Muroc, que posteriormente fue bautizado con el nombre de Base Aérea Edwards, que se destinó a realizar pruebas sobre la resistencia de los humanos a las fuerzas G, en caso de una desaceleración repentina. Estas pruebas se llevaban a cabo con un cohete ubicado sobre unos rieles con unos frenos hacia un extremo.
Las pruebas con cohetes
Inicialmente se empleaban muñecos con forma humana que se ataban a una silla dentro de una estructura con forma de trineo. A medida que la pruebas avanzaban se autorizó la participación de un humano en las pruebas, que fue el capitán Paul Stapp. La razón de ser de estas pruebas era comprobar si los instrumentos que se usaban para medir las fuerzas G podían suministrar lecturas precisas, así como evaluar sus efectos en los pilotos.
¿Quién formuló la ley?
Previo a la realización de las prueba con Stapp, llegó a experimentarse con un chimpancé y Edward Murphy hizo la sugerencia de emplear medidores electrónicos sobre el esfuerzo, que se sujetaban a los arneses, de modo que se pudiera medir la clase de fuerza que se ejerce sobre el sujeto de experimentación por causa de una desaceleración muy prolongada y repentina. En ese caso fue el asistente quien hizo el cableado de los arneses fue el asistente de Murphy, pero los sensores no funcionaron porque no midieron nada.
Fue entonces cuando se dieron cuenta que se había incurrido en un error de instalación, porque los sensores fueron cableados al revés. En ese momento, Edward Murphy increpó a su asistente, culpándolo del incidente de manera muy arrogante, y George Nichols, que era otro ingeniero que se encontraba en la realización de la prueba, dijo del asistente que “si tiene una forma de cometer un error, lo hará”.
Según cuenta Nichols, más tarde surgió la ley de Murphy, mientras conversaban entre los integrantes del equipo, y con el paso del tiempo se convirtió en la expresión “si puede ocurrir, ocurrirá”, siendo designada como ley de Murphy de manera socarrona. Según esta ley hay pequeños errores de cálculo que causaron desastres, por no tomar en cuenta esta ley.
Pero otras personas, incluido el hijo de Murphy, de nombre Robert, niegan que la versión contada por Nichols sea verdadera y afirman que la frase fue acuñada por el propio Edward Murphy. De acuerdo con lo que afirma Robert Murphy, lo que dijo su padre fue algo como “Si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culmina en desastre. Alguien lo hará de esa manera”.
¿Dónde fue dada a conocer y por quién?
Esta ley fue utilizada fuera de su contexto después, en una conferencia con periodistas, a la que asistió el capitán Stapp, a quien le fue preguntado la causa por la que nadie fue herido gravemente en la realización de las pruebas, éste respondió que la causa fue que se tomó en cuenta la ley de Murphy. Luego procedió a citar el enunciado de la ley, aclarando su significado, el cual no era otro que tomar en cuenta todas las situaciones y posibilidades, previo a la realización de cada prueba.
¿Quiénes la emplearon?
En un epígrafe del libro The Butcher: The Ascent of Yerupaja, escrito por John Sack, publicado en el año 1952, se publicó la frase “Todo lo que pueda salir mal, pasará”. Después, en el año 1955, se usó de manera impresa el nombre de Murphy con relación a esta ley, dentro del libro Men, Rockets and Space Rats, escrito por Lloyd Mallan.
Pero, en definitiva, la frase “Todo lo que pueda salir mal, saldrá mal” nunca fue empleada textualmente por Murphy, sino que fue popularizada por un escritor de historias de ciencia ficción de nombre Larry Niven, sobre mineros de asteroides con una cultura y una religión en la que se adoraba y se temía a un dios de nombre Finagale y a su profeta loco, de nombre Murphy. En esos libros se denomina a la ley de Murphy como la ley de Finagle de los Negativos Dinámicos.
¿Cuál es el sentido de la ley de Murphy?
Sin importar cual haya sido el origen de la ley, su sentido es de naturaleza defensiva, porque busca anticipar cualquier error que los usuarios finales probablemente cometerán. Los sensores de las pruebas de Murphy fallaron porque había dos formas distintas de conectarlos, una arrojaría cero lecturas y la otra tendría como resultado las mediciones que se querían y el usuario final, que fue el asistente de Murphy, escogió conectarlos mal.
Y así pasa en la vida, cuando tomamos una decisión, debemos sopesar siempre todo lo que puede salir mal, y según Murphy, esperar que lo que pueda salir mal, saldrá mal.