El hecho de que seas solidario es uno de los actos más nobles que puedes practicar en tu día a día. Más allá de ser un valor, la solidaridad debe ser vista como una parte esencial de la vida. Aunque muchas personas la incluyen en su rutina diaria, bien sea en su núcleo familiar, de amistad, laboral o hasta con desconocidos, hace falta más gente arraigada hacia este principio. Seguramente lograríamos esa mejor sociedad que siempre hemos anhelado, pero solo es posible a través del esfuerzo colectivo. Tú puedes ser un agente de cambio. Si eres solidario, no solamente vas a cambiar al otro, sino que también te cambias a ti mismo, y para bien.
7La retribución va hacia el alma del que es solidario
Si haces el bien y no miras a quien realmente puedes considerarte un ser humano solidario. Pero si te fijas primero en quién es antes de ayudar, simplemente no estás practicando como ha de ser este valor. Una persona que es solidaria hace las cosas porque su naturaleza le invita a actuar conforme a sus principios. Pero así como puede aportar algo monetario o no, jamás espera que le paguen. Quizás, el mejor pago que puede recibir es la sonrisa del otro. No obstante, el mayor beneficio es el que le regala la vida misma; es algo que no es palpable, sencillamente se siente. Porque afloran las buenas energías, todo empieza a fluir, y hasta sientes paz interior por lo que haces en virtud de terceros.