Si conoces a algún Ruperto, que haya sido bautizado así porque nació en este mismo día, no te vayas a olvidar de felicitarlo, porque hay que recordar que hasta no hace mucho tiempo, se tenía la costumbre que colocar como nombre a los niños y niñas, el del santo o santa que se celebraba el día de su nacimiento.
San Ruperto de Worms
También es conocido con el nombre de San Ruperto de Salzburgo y se ha podido recopilar un registro histórico impresionante de su vida y de la labor evangelizadora que llevó a cabo en Alemania y en especial en Austria. Se trata de un santo oriundo de la zona de Worms, Alemania, y se considera que en el siglo VIII fue el fundador de la ciudad de Salzburgo en Austria. Es venerado como santo tanto por la iglesia católica, como por la iglesia ortodoxa. Fue contemporáneo de Childeberto III, rey de los francos. Según se cuenta en la tradición de la zona, San Ruperto proviene de la familia real de los reyes merovingios. San Ruperto fue nombrado Obispo de Worms alrededor del año 697, pero luego fue enviado como misionero a la región de Ratisbona, en la provincia de Baviera. Estando en esa zona, San Ruperto logró bautizar al duque Teodoro de Baviera, quien luego le dio su autorización para que llevara a cabo su labor evangelizadora en aquellos territorios sobre los que este duque ejercía la hegemonía, de lo cual se aprovechó San Ruperto, para poder evangelizar y administrar los sacramentos a otros nobles.
Después de ello, San Ruperto decidió trasladarse a la región de Alötting, donde con arduo trabajo llegó a convertir en católicos a los habitantes, prosiguiendo su labor evangelizadora hacia las cuencas del río Danubio. Para finalizar, San Ruperto, que formaba parte de la Orden de San Benito, tomó rumbo hacia la ciudad antigua de Juvavum, de la cual hoy es su santo patrón, a la cual bautizó con el nombre de Salzburgo, en la que fijó su residencia de manera permanente hasta que falleció el día domingo de Pascua del año 710. En Salzburgo, San Ruperto logró instaurar un sistema económico que se basó en la explotación minera. Por donde San Ruperto pasaba, iba introduciendo, además de la religión, la educación y otras reformas que mejoraban sustancialmente la vida de los pobladores. Logró revitalizar las minas de sal que existían cerca de la ciudad romana abandonada de Juvavum, que fue donde refundó la ciudad, basando su economía en la explotación de las minas, y le dio el nombre de Salzburgo, que quiere decir ciudad de la sal.
Pero San Ruperto de Worms no es el único santo al que festejamos el 27 de marzo, sino que también recordamos a otros santos y beatos cuyas vidas fueron un ejemplo para sus hermanos católicos, como San Alejandro de Drizipara, San Juan de Licópolis, San Marolas, San Narsetes, mártir, San Teoprepides, San Zanitas, Beato Francisco Faá di Bruno, Beata Panacea de’Muzzi y Beato Peregrino de Falerone.