Las claves para saber si un yogur está malo

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No cabe duda que el yogur es uno de los productos lácteos más saludables, cuyo consumo periódico se recomienda a todos los seres humanos desde muy temprana edad. Los pediatras lo recomiendan para los niños pequeños, porque sus componentes ayudan a reforzar el sistema inmune y a darle parte de los nutrientes que necesitan.

Pero, a pesar de que el yogur se produce gracias a unos microorganismos que se desarrollan en la leche, se pone malo, esto es, que tiene un lapso que se considera óptimo para su consumo, pasado el cual no debes tomarlo, por eso queremos explicarte los datos que necesitas saber para determinar si ese yogur que tienes en la nevera se ha puesto malo.

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¿Cómo se elabora el yogur?

Si hablamos de la elaboración industrial, el primer paso es trasladar la leche cruda desde una explotación ganadera hasta el sitio de elaboración para que sea procesada. Al ingresar en el área de elaboración, es necesario modificar la composición de la leche antes de elaborar el yogur. El próximo paso es estandarizar la leche a su extracto seco, para proceder a pasteurizarla a una temperatura de 80ºC, que es el equivalente a unos 176ºF, hasta que se homogeniza.

Cuando estos procedimientos sobre pasteurización y homogenización se han realizado, hay que dejar que la leche se enfríe hasta unos 43 a 46ºC, que es el equivalente a 109 a 114ºF y cuando ha alcanzado ese punto se le agrega un cultivo de fermentos con una concentración cercana al 2%.

Esos cultivos de fermentos se componen de dos microorganismos lácteos, que son el Streptococcus thermophilus y el Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus. Estas bacterias son las fermentaciones concretas del yogur, porque son los que crean la consistencia, el sabor, el aroma y los beneficios para la salud, ayudando también al proceso digestivo.