El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha forzado una pausa en las negociaciones de líderes de la UE sobre posibles medidas para atajar el alza de los precios de la luz al abandonar la sala molesto por un tuit que se hacía eco de una filtración en la que se acusaba a España de vetar el acuerdo por no incluir sus demandas.
El incidente ha tenido lugar en torno a las 16:00 horas, cuando Sánchez ha dejado la sala durante algo más de diez minutos por el malestar de ver en las redes filtraciones de cómo avanzaban las conversaciones de líderes, reunidos en la misma sala desde las 10:00 horas, según han confirmado fuentes diplomáticas.
La salida del presidente español obligó al presidente del Consejo europeo, Charles Michel, a anunciar una pausa técnica para rebajar la tensión, momento que las delegaciones también han aprovechado para seguir trabajando en el documento, con lo que el receso se ha prolongado finalmente una media hora.
En todo caso, varias delegaciones consultadas restan gravedad a la situación, recalcando que la sesión se retomó al cabo de poco para continuar las negociaciones y que ha habido «varios recesos durante la tarde».
Las conversaciones entre los jefes de Estado y de Gobierno europeo han continuado con normalidad tras el descanso, intentando salvar las grandes diferencia que alejan a España y otros países del sur que reclaman intervenir en el mercado mayorista de la electricidad de aquellos que, como Alemania y Países Bajos, rechazan de plano poner techos a los precios porque creen que el sistema actual cuenta ya con mecanismos suficientes.
El periodista de France24 Dave Keating ha asegurado en su Twitter que «el desacuerdo sobre los precios de la energía podría hacer saltar» el Consejo Europeo. Según él, Sánchez estaba «amenazando con vetar las conclusiones si no había cambios en los precios» del gas, mientras que Alemania y Países Bajos se mantenían firmes en su postura en contra de la tesis que también respaldan Portugal, Italia, Grecia y Bélgica.
Desde Moncloa habían insistido antes de la cumbre en que acudían con un espíritu constructivo a la cita, conscientes de las dudas de algunos Estados miembro y también de las distintas circunstancias desde el punto de vista energético entre ellos, pero decididos a lograr su objetivo.
Así, fuentes gubernamentales aseguraron el jueves que Sánchez estaba decidido a «batirse el cobre» y a explicar todo lo que fuera necesario a sus homólogos las circunstancias particulares de España y la propuesta planteada junto a Portugal para que ambos países puedan actuar frente al alza de los precios.
Este viernes, con el debate ya en marcha, fuentes gubernamentales han admitido la complejidad de conciliar las distintas posiciones pero han asegurado que el presidente seguía trabajando para lograr el objetivo marcado y que no se había vetado nada.