Los obispos españoles advierten en una «nota doctrinal» que los católicos están «absolutamente obligados a objetar» y no pueden prestar colaboración ni siquiera formal ante prácticas como el aborto o la eutanasia, ni votar, en el caso de los políticos, a favor de leyes que las permitan.
«Los católicos estamos absolutamente obligados a objetar en aquellas acciones que, estando aprobadas por las leyes, tengan como consecuencia la eliminación de una vida humana en su comienzo o en su término: El aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar», subrayan los prelados en el texto, titulado ‘Para la libertad nos ha liberado Cristo’.
En este sentido, precisan que, «aunque no todas las formas de colaboración contribuyen del mismo modo a la realización de estos actos moralmente ilícitos, deben evitarse, en la medida de lo posible, aquellas acciones que puedan inducir a pensar que se están aprobando».
En concreto, si el católico tiene responsabilidades en instituciones del Estado, los obispos indican que «no pueden promover positivamente leyes que cuestionen el valor de la vida humana, ni apoyar con su voto propuestas que hayan sido presentadas por otros».
«Su deber como cristianos es tutelar el derecho primario a la vida desde su concepción hasta su término natural, por lo que tienen la precisa obligación de oponerse a estas leyes», subrayan.
Si bien añaden que, cuando no fuera posible abrogar las que están en vigor o evitar la aprobación de otras, y «quedando clara su absoluta oposición personal», pueden «ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de estas leyes».
En el caso de las instituciones sanitarias católicas, dicen que «no se deben plegar a las fuertes presiones políticas y económicas que les inducen a aceptar la práctica del aborto o de la eutanasia» y les advierten de que «tampoco es éticamente aceptable una colaboración institucional con otras estructuras hospitalarias hacia las que orientar y dirigir a las personas que piden la eutanasia».