La Audiencia Nacional (AN) ha dejado libre a Jonathan Andrés Zuloaga Celemín, alias ‘El Nene’, un sicario colombiano al que se le atribuye la autoría intelectual y material de más de 100 muertes, entre ellas las de su suegra.
No obstante, los magistrados le han impuesto una serie de medidas cautelares. Así, le han prohibido abandonar España y han ordenado que se le retire el pasaporte, que designe un domicilio para que pueda estar localizado y que comparezca cada quince días en sede judicial, según han confirmado fuentes jurídicas.
El pasado mes de septiembre, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional acordó extraditar a ‘El Nene’ a Colombia, que lo reclamaba por homicidio, dirección de organización criminal, tenencia ilícita de armas y narcotráfico, si bien la Audiencia Nacional descartó entregarlo por este último delito al considerar que en la petición de extradición «no se contiene una referencia ni un relato mínimamente individualizado y preciso» respecto a este ilícito.
En concreto, Colombia solicitó a España que enviara a Zuloaga por la muerte a tiros de dos ciudadanos en episodios ocurridos en marzo y abril de 2015. Sin embargo, la Policía Nacional informó el pasado mes de mayo, tras detenerlo, que a ‘El Nene’ se le atribuye la autoría intelectual y material de más de 100 muertes, entre ellas la de su suegra, que cometió, presuntamente, como venganza por un posible hurto de dinero propiedad de la organización criminal.
Las autoridades colombianas describen una larga trayectoria criminal con la que Zuloaga habría pasado de ser jefe de sicarios de ‘La Oficina’ a líder de ‘La Cordillera’, una organización que tiene influencia en varios departamentos colombianos y que cuenta con ramificaciones internacionales a lo largo de todo el mundo.
Él fue el presunto encargado de posicionar a su grupo criminal como una organización bélica, organizada y jerarquizada, así como de su expansión y consolidación en Europa. Por ello, su captura se interpretó como un golpe a línea de mando de la organización criminal.
Se le achaca la articulación de actividades de narcotráfico a gran escala en Suramérica, Panamá, Estados Unidos, México y Cabo Verde. Y se cree que entró en España en 2015, con la proyección de montar varias sucursales de la organización ‘La Cordillera’ en nuestro país y en Bélgica y Francia.