El Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunirá este viernes para votar si finalmente da ‘luz verde’ al acuerdo alcanzado con Argentina para el despliegue de un programa de 45.000 millones de dólares (41.000 millones de euros) que refinanciaría el préstamo que el organismo concedió al país en 2018.
Hace un mes, el organismo con sede en Washington y autoridades argentinas alcanzaron un acuerdo a nivel de personal técnico sobre las políticas económicas y financieras respaldadas por un Acuerdo del Servicio Ampliado del Fondo de 30 meses.
Tras este principio de acuerdo, el FMI anunció el sábado un aplazamiento de vencimientos de deuda por valor superior a 2.000 millones de euros que Argentina tenía que abonar el 21 y el 22 de marzo. Estos vencerán el próximo 31 de marzo.
El equipo del FMI encabezado por Julie Kozack, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de Misión para Argentina, explicaron entonces que el objetivo del programa es proporcionar a la economía sudamericana apoyo presupuestario y de balanza de pagos para abordar los desafíos económicos «más apremiantes del país y mejorar las perspectivas de todos los argentinos, mediante la implementación de medidas diseñadas para promover el crecimiento y la protección de programas sociales esenciales.
Entre los objetivos del programa se busca abordar de manera duradera la alta inflación persistente a través de una estrategia múltiple, que involucra una reducción de la financiación monetaria del déficit fiscal y un nuevo marco para la política monetaria, con el objetivo de generar tasas de interés reales positivas para respaldar la financiación interna, que junto con otras medidas, ayudará a promover una reducción continua de la inflación a lo largo del tiempo.
Asimismo, ambas partes han acordado un conjunto de políticas de ingresos, con énfasis en la progresividad, la eficiencia y el cumplimiento tributario, así como en las políticas de gastos, con el objetivo de reducir los subsidios energéticos no focalizados y la reorientación del gasto hacia inversiones sociales y de infraestructura más productivas, para fortalecer la sostenibilidad de la deuda y, al mismo tiempo, apoyar la recuperación.
El acuerdo ya cuenta con el aval del Senado argentino, que aprobó el programa hace una semana con 56 votos a favor, 13 en contra –procedentes del sector liderado por la vicepresidenta Cristina Kirchner–.