La Policía Nacional ha detenido a cuatro varones de nacionalidad rumana, de entre 21 y 34 añosm por los delitos de coacciones, relativos a la prostitución y pertenencia a grupo criminal, tras constatar que explotaba a mujeres para que ejercieran la prostitución callejera.
A principios del año en curso, un grupo criminal afincado en el barrio de Delicias trató de hacerse con el control de la prostitución, conocida como callejera, que se desarrolla en la Carretera de Renedo de la ciudad de Valladolid.
Para ello empezaron a exigir a las mujeres que allí se prostituían el pago de un porcentaje de lo que ganaban por los servicios sexuales, o de otra manera no les permitirían ejercer en la vía pública, según informaron fuentes policiales.
CONTROL VIOLENTO DE LA ZONA
Algunas de las víctimas no accedieron a ser explotadas y controladas por terceros, por lo que el grupo trató de someterlas a su voluntad. El objetivo era impedir a estas mujeres que ejercieran la prostitución en la Carretera de Renedo de manera libre e independiente.
Los miembros del grupo criminal no dudaron en recurrir a la violencia, las amenazas tanto directas como a través de familiares, y agresiones consistentes en el lanzamiento de piedras a las denunciantes, o las pasadas a gran velocidad con sus vehículos a escasa distancia de ellas, con el consiguiente peligro para la integridad física y el temor que esto generaba a las mujeres.
El grupo ya disponía de varias víctimas que ejercían la prostitución bajo su control, que fueron captadas a través de internet mediante falsas promesas vinculadas a relaciones sentimentales con los cabecillas, el conocido método del ‘lover boy’, y una vez en Valladolid eran explotadas sexualmente en la citada localización y obligadas a presionar al resto de personas que ejercían allí la prostitución para que pagaran al grupo criminal y aceptaran las condiciones que estos imponían.
EXTREMADA VULNERABILIDAD
Estas mujeres captadas a través de internet se encontraban en una situación de extrema vulnerabilidad; eran extranjeras, recién llegadas a Valladolid, y fueron obligadas a ejercer la prostitución callejera, especialmente gravosa durante el invierno, debiendo abonar al grupo criminal la totalidad del dinero obtenido ejerciendo la prostitución en la vía pública, que no es propiedad de nadie, situación esta difícilmente aceptable por alguien que no se encuentre en situación de necesidad o pobreza.
Uno de los detenidos fue puesto en libertad tras prestar declaración y los otros tres arrestados pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, que decretó su libertad con cargos.
Las detenciones fueron practicadas por agentes de la UCRIF, Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Brigada Provincial Extranjería y Fronteras de la Comisaría Provincial de Valladolid.