En la ciudad condal se celebra hoy el santoral de San José Oriol, quien es un santo español nacido en la ciudad de Barcelona, que fue bendecido por el Señor con la facilidad de la guía espiritual.
San José Oriol
Sobre lo que ha podido recogerse de los datos que se han podido encontrar, San José de Oriol nació en la ciudad de Barcelona, lamentablemente quedó huérfano de padre a muy tierna edad, quedando absolutamente vulnerable, con carencias y muchas necesidades, por lo que pocos años después, ingresó en una orden religiosa, siendo un miembro activo de su comunidad religiosa. En la iglesia de su pueblo, fue nombrado y así fue reconocido, como monaguillo y llegó a formar parte del coro de la misma.
A medida que iba pasando el tiempo, los sacerdotes que lo rodeaban se dieron cuenta de que se trataba de un adolescente que tenía enormes cualidades, por lo que decidieron que un talento como el suyo no podía ser desperdiciado, de manera que tomaron la decisión de asumir los costes de su educación en el seminario. San José Oriol aprovechó completamente la oportunidad que se le brindó y a los pocos años logró obtener un título de doctorado en filosofía y teología por la Universidad de Barcelona, luego de lo cual se decidió por hacer carrera en la educación, y lo que recogen los escritos sobre su personalidad, es que Dios lo bendijo con el don de poder dirigir espiritualmente a sus alumnos.
Aunque llegó a tener muchos méritos, San José Oriol jamás se ufanó de sus especiales habilidades, como tampoco se consideró como una persona que había sido bendecida, llegando incluso a rechazar sus logros propios, por lo que se dice que su existencia fue muy humilde, pero ello también fue la causa de su muerte. Lo que se encuentra recogido en los archivos que contienen su biografía, se dice que San José Oriol falleció durante el mes de marzo de 1702, cuando se encontraba cantándole a un enfermo en su lecho un himno a la Virgen María, teniendo solamente 53 años de edad.
Se cuenta que poseía poderes milagrosos y proféticos, además se le atribuyen curaciones de paralíticos, cojos, sordos, ciego e incluso se dice que llegó a resucitar a personas fallecidas. Llegó a ser conocido como el «Taumaturgo de Barcelona». Su vocación católica transcurre en un período en el que no existía la sanidad pública y en la que solamente los ricos podían acceder a los servicios de médicos y de profesionales de la salud, pero San José Oriol se daba por entero a atender a los enfermos, con los pocos medios que tenía a su alcance, lavándole las heridas, poniéndoles ungüentos que él mismo preparaba, elaboraba remedios caseros para los enfermos que visitaba, los atendía y hacía muchas oraciones con ellos.
En el mes de junio de 1687, comienza a ejercer como beneficiado de la iglesia del Pi y, desde que comenzó en ese cargo, cada fin de mes, al cobrar lo que le correspondía del beneficio, los pobres ya lo estaban esperando a las puertas de la Iglesia para recibir las limosnas que él repartía, en las que San José Oriol prácticamente repartía la totalidad de lo que había cobrado. Por esta razón y por sus actividades para con los enfermos menos favorecidos, se le llegó a dar el apelativo de doctor Pan y Agua.
Pero el 23 de marzo no solamente se recuerda a San José Oriol, sino que también recordamos a otros santos y beatos que también se convirtieron en un ejemplo para la cristiandad, que son San Fingar, San Gualterio, San Otón de Ariano, San Pedro Higgins, Santa Rebeca de Himlaya, Santo Toribio de Mogrovejo, Beata Anunciata Cocchetti, Beato Edmundo Sykes, Beato Metodio Domingo Trcka y Beato Pedro de Gubbio.