Los técnicos de seguimiento de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) pudieron observar las primeras cebas en el nido, localizado en el macizo central de los Picos de Europa han confirmado que los ejemplares de quebrantahuesos ‘Deva’ y ‘Casanova’ están criando a su segundo pollo.
El proceso de incubación se había certificado el pasado 17 de enero. El pollo permanecerá unos 120 días en el nido, acompañado y alimentado por sus progenitores, antes de saltar y empezar a volar.
De esta manera, ‘Deva’ y ‘Casanova’, que criaron en 2020 a su primer pollo, se consolidan como la primera pareja reproductora de la nueva población de quebrantahuesos de los Picos de Europa.
Por otro lado, este mes de marzo se ha constatado también la existencia de otra pareja reproductora, integrada por ‘Covadonga’ y ‘Cares’. Los técnicos de la FCQ han confirmado la eclosión del huevo y las primeras cebas en el nido en un territorio de la Sierra del Cuera.
Ambos son ejemplares cedidos por el Gobierno de Aragón, nacidos en cautividad y liberados en el marco del proyecto de reintroducción de la especie en los Picos de Europa, en coordinación con las autoridades ambientales asturianas y del Parque Nacional.
El hito es más relevante, según ha informado la Fundación, si se tiene en cuenta que ambos ejemplares fueron criados íntegramente con el protocolo de impronta natural, es decir sin padres, a diferencia del macho ‘Casanova’, que nació y se crio en libertad. ‘Covadonga’ y ‘Cares’ se convierten en la primera pareja de quebrantahuesos del mundo criada sin sus padres que consigue iniciar con éxito su ciclo reproductor
El proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en los Picos de Europa continúa este año, en el que se prevé la liberación de tres nuevos ejemplares, cuyo proceso de aclimatación y desarrollo será seguido y tutelado por la Guardería y Técnicos del Parque Nacional de los Picos de Europa en coordinación con el personal de la FCQ.
Además, la FCQ acaba de iniciar un nuevo proyecto para la recuperación de la especie, financiado con fondos europeos LIFE, que ampliará la zona de trabajo a la Sierra de Gredos y el Maestrazgo aragonés, con el objetivo de facilitar la creación de corredores para la especie entre los principales sistemas montañosos del norte de la Península Ibérica.