El Papa dice que la guerra en Ucrania es una «masacre insensata» y «repugnante» y pide a la comunidad internacional más esfuerzos para frenarla.
El Papa ha condenado nuevamente la guerra en Ucrania que se desencadenó el pasado 24 de febrero cuando las tropas rusas invadieron el país al tildarla de «masacre insensata» y «repugnante» al tiempo que pedido a la comunidad internacional más esfuerzos para frenarla.
«Suplico a los responsables que cese esta guerra repugnante», ha reclamado el Papa tras el rezo del Ángelus de este domingo.Francisco ha señalado que el conflicto -que según la ONU ha dejado más de 800 civiles muertos en Ucrania, 61 de ellos niños- es «una crueldad inhumana y sacrílega porque va contra vidas humanas indefensas».
Sus palabras llegan después de que el ejército de Rusia destruyera una base militar del noroeste de Ucrania y atacase un colegio en la ciudad de Mariupol dónde estaban refugiadas centenares de personas. El pontífice ha instado a la comunidad internacional a cumplir más esfuerzos «para hacer cesar esta guerra» y ha recordado a los «millones de refugiados obligados a huir dejando todo atrás».
«Siento dolor por los abuelos, los enfermos, tantos niños que se quedan a morir bajo las bombas todo esto es inhumano es un sacrilegio porque va contra el valor sagrado de la vid», ha exclamado. Del mismo modo ha constatado que día tras días «las bombas caen contra los civiles: ancianos, niños y embarazadas».
El Papa ha recordado que este sábado estuvo en el hospital pediátrico Bambin Gesù de Roma donde permanecen ingresados 19 niños ucranianos que han logrado escapar de las bombas. «He ido a visitar a los niños heridos que están aquí en Roma. A uno le falta un brazo, otro tiene un herida en la cabeza, niños inocentes», ha exclamado el Papa.
De este modo, ha señalado que «la vida humana» debe ser siempre «respetada y protegida» y nunca «eliminada». «Viene antes de cualquier estrategia», ha clamado finalmente.
El próximo viernes, el Papa consagrará este viernes Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, durante la Celebración de la Penitencia que presidirá en la basílica de San Pedro, en una ceremonia con la que evocará una de las peticiones de la Virgen de Fátima a los pastorcillos en 1917. A la vez, el cardenal polaco Konrad Krajewski, que dirige la limosnería Apostólica en el Vaticano, realizará el mismo acto en Fátima como enviado del Santo Padre. Una petición directa de la Conferencia Episcopal de Ucrania a Francisco.