El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha subrayado este domingo que detrás de la manifestación del mundo rural no hay ninguna «tesis conspiranoica acerca de quién está contra el Gobierno» sino cientos de miles personas de todas las ideologías que «abrazan» el futuro del campo, reclamando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que tome medidas porque «no está haciendo nada».
Almeida se ha querido sumar a la manifestación celebrada este domingo bajo el lema ‘El mundo rural despierta’ y a la que han asistido agricultores, ganaderos, regantes y cazadores, entre otros colectivos, procedentes de todas las comunidades autónomas.
El alcalde ha destacado la gran afluencia de manifestantes procedentes de diversos puntos de España con más de 1.600 autobuses, así como el comportamiento cívico de los asistentes al no registrarse altercados a lo largo de toda la manifestación.
«Queremos mandar un mensaje desde la ciudad de Madrid de reivindicación del mundo del campo, de la ganadería, de la agricultura, de la tauromaquia», ha recalcado el alcalde, quien ha querido agradecer a los convocantes que hayan elegido la ciudad de Madrid como escenario de la protesta. «El campo es el mejor futuro de España y por tanto puede contar con el apoyo de los madrileños», ha subrayado.
En cuanto a la subida de carburantes, Almeida ha insistido en que «ni es Putin ni es una conspiración de la ultraderecha», manifestando que en la protesta había «cientos de miles de personas que no abrazaban ninguna ideología sino el futuro de España».
De este modo, ha instado a Sánchez a atender su futuro y poner medidas para solucionar la actual situación. «Un Gobierno no se puede permitir no hacer nada. Y Sánchez no esta haciendo nada. Un gobierno puede acertar o equivocarse, pero no hacer nada es la única opción no admisible», ha aseverado.
A ESPALDAS
Por otro lado, Almeida se ha referido a la decisión de Sánchez de apoyar que la excolonia española del Sáhara Occidental se convierta en una región autónoma dentro de Marrueco, algo que el alcalde ve como «un cambio indudable» en su política exterior.
«Esto no se hace a espaldas del gobierno, a la oposición y al conjunto de España. Las grandes cuestiones de Estado se hablan dentro del Congreso de los Diputados. Es un giro que caracteriza su política porque se obvia cualquier tipo de consenso y de debate a los españoles», ha censurado.