La Unión Europea quiere mantener su misión de adiestramiento militar en Malí, EUTM Malí, si la Junta militar ofrece las condiciones de seguridad mínima en el terreno, han informado fuentes diplomáticas.
El pasado 8 de marzo, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, envió una carta a las autoridades malienses reclamando unas garantías mínimas por escrito para que el bloque mantenga su presencia militar, han confirmado las fuentes.
EUTM Malí, la misión de entrenamiento militar de la UE presente en el país desde 2014, corre peligro después de que Francia sacara a sus tropas en el marco de la operación Barkhane que combate al terrorismo en el norte de Malí y que resulta clave para garantizar la seguridad de la misión.
Así, a la espera de la respuesta de Bamako, los Veintisiete manejan un documento de opciones que será discutido el próximo lunes por los titulares de Exteriores en su reunión mensual ordinaria, una cita a la que los Estados miembros llegan, eso sí, sin grandes diferencias y con la intención de mantener la misión en el Sahel, si la junta confirma las condiciones mínimas.
En caso contrario, la UE buscaría otros escenarios para mantener una presencia a nivel regional o país por país, han indicado otras fuentes, después de que Francia haya confirmado que contribuirá a la seguridad en Malí desde territorio de Níger.
ESPAÑA PIDE CONSENSO EUROPEO PARA SEGUIR EN MALÍ
En este debate juega un papel especialmente relevante España, principal contribuidor a la EUTM Malí con más de 500 efectivos y que busca un consenso europeo para seguir presentes en una región clave para la seguridad en Europa.
Sin embargo, la situación política en Malí con una junta militar responsable de dos golpes de Estado en menos de un año y la creciente influencia de Rusia, con la presencia de los paramilitares de Grupo Wagner, unido a la inseguridad y las violaciones de Derechos Humanos hace que la UE no haga un análisis optimista de la situación.
La misión enviada por Borrell al terreno para evaluar la situación de seguridad ha constatado que las cosas no van «en la buena dirección» y ahora queda en manos de los Estados miembros tomar las decisiones políticas sobre la continuidad de la misión militar.
La UE se enfrenta a un dilema similar al que tuvo que afrontar la OTAN en Afganistán, ante una inestabilidad que amenaza con cronificarse y que a la vez tiene repercusiones graves para la seguridad del continente europeo.
España viene defendiendo que buena parte de los motivos que llevaron al envío de una misión de entrenamiento de las fuerzas malienses se mantienen, citando entre ellos «la inestabilidad, la amenaza del yihadismo, los tráficos ilícitos y la inmigración irregular».