Consejo de Europa y ONG alertan a los Estados del riesgo de que los desplazados acaben víctimas de la trata

El Grupo de Expertos en la Acción contra la Trata de Seres Humanos (GRETA) del Consejo de Europa ha advertido este jueves del riesgo de que las personas que huyen del conflicto armado en Ucrania sean víctimas de la trata de seres humanos y de la explotación, en un momento en el que el flujo de refugiados en Europa, según indica este organismo, está experimentando «su mayor aumento desde la Segunda Guerra Mundial».

En total, según ha indicado GRETA, unos tres millones de personas se han visto obligadas a huir de Ucrania en las últimas tres semanas y el 90% de ellas son mujeres y menores.

Todos ellos han recibido la solidaridad de países y ciudadanos europeos que han ofrecido transporte y alojamiento a los desplazados. Sin embargo, GRETA advierte de los «desafíos logísticos» que esta situación, como la denunciada por algunas entidades de la sociedad civil que están en el terreno y los periodistas sobre «presuntos casos de trata de personas que afectan a los refugiados ucranianos».

«Hay informes de traficantes que se enfocan en niños que huyen de Ucrania sin sus padres, y muchos de ellos son actualmente imposibles de rastrear luego de la precipitada evacuación de orfanatos y hogares de acogida», ha apuntado el organismo del Consejo de Europa.

Su presidenta, Helga Gayer, ha señalado que «los funcionarios públicos y las organizaciones de la sociedad civil en los países que acogen a refugiados ucranianos deben estar alertas a los riesgos de trata y explotación de personas». A su jucio, «deben tomarse medidas urgentes para fortalecer la coordinación en las fronteras y en las estructuras de acogida, así como para garantizar el registro preciso de los refugiados y su acceso a los documentos, permisos de residencia y servicios esenciales necesarios».

INFORMACIÓN PARA LOS DESPLAZADOS

Del mismo modo, ha señalado que «las personas que huyen de la guerra están debilitadas física y psicológicamente, no están familiarizadas con su nuevo entorno y son muy susceptibles de ser presa de los delincuentes».

Es por eso que llama a que «las estructuras de recepción de refugiados garanticen que estén informados de sus derechos, en un idioma que entiendan, y que se beneficien de apoyo psicológico y material». «Las autoridades deben tomar medidas para prevenir ofertas fraudulentas de transporte, alojamiento y trabajo, y deben fortalecer los protocolos para la seguridad de los niños no acompañados en relación con el sistema nacional de protección de la niñez», ha indicado.

También desde las entidades especializadas, como Proyecto Esperanza y SICAR cat, advierten de que los conflictos armados generan un entorno donde esta violación de Derechos Humanos puede prosperar debido a las vulnerabilidades sociales y económicas de las zonas en guerra, la erosión del Estado de Derecho, el desmantelamiento de las instituciones, la impunidad y los desplazamientos forzados.

Además, han explicado que los grupos armados pueden usar este delito para financiarse e incluso para atraer a nuevos reclutas, con promesas como recompensarlos con esclavas sexuales.

DAR RESPUESTA A LAS MÚLTIPLES VULNERABILIDADES

Junto a otras ONGs europeas, pertenecientes a La Strada International, Proyecto Esperanza y SICAR cat –ambos proyectos de Adoratrices– están promoviendo acciones de prevención que incluyen la elaboración y difusión de materiales con consignas y recomendaciones básicas de seguridad para las personas que huyen del conflicto.

Las recomendaciones, en inglés, ucraniano, castellano y catalán, se centran en la necesidad de reforzar la seguridad de la población durante el desplazamiento a un lugar seguro para evitar situaciones de mayor vulnerabilidad como quedarse sin documentación y/o dinero, perder el contacto con personas de confianza, no poder informar del lugar en el que se encuentran o no tener donde alojarse.

Según explican estas organizaciones, cuanto más alta es la vulnerabilidad, más posibilidades de convertirse en víctima de trata. Por este motivo, ven «crucial» que los países de tránsito y destino, en aras de su obligación de diligencia debida, tomen todas las medidas necesarias para: prevenir graves vulneraciones de derechos humanos, detectar situaciones de trata de seres humanos y proteger a las posibles víctimas.