ONG ambientales denuncian que la industria está presionando para debilitar la ley para contra la deforestación importada

Las ONG ambientales denuncian que la industria está tratando de presionar para debilitar la futura ley europea para frenar la deforestación importada y reclaman un reglamento más ambicioso.

En concreto, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Mighty Earth, SEO/BirdLife y WWF critican las contradicciones del estudio del Gobierno sobre el impacto de la aplicación del Reglamento europeo para luchar contra la deforestación importada.

Las ONG explican que la industria está presionando al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y que esto, junto con la actual situación geopolítica podría debilitar la propuesta de Reglamento para acabar con la destrucción de los bosques en todo el mundo. Por ello, reclaman al Gobierno de España más ambición en la negociación del texto para frenar la destrucción de estos ecosistemas.

De este modo, advierten a los ministros de Medio Ambiente de la UE que se reúnen este jueves en Bruselas que tengan en cuenta que, sin una trazabilidad completa, sin incluir otros ecosistemas además de los bosques y que con una fecha límite posterior a 2020 se garantice que los productos proceden de un territorio deforestado, el Reglamento europeo para luchar contra la deforestación importada podría correr el riesgo de no frenar la deforestación y la UE habría perdido la oportunidad de liderar este cambio.

Las ONG alertan de que sería un error analizar el impacto de la ley en el comercio desde el punto de vista cuantitativo y recuerdan que la producción de materias primas y de productos derivados genera externalidades negativas cuyos costes se trasladan actualmente al conjunto de la sociedad y que deben ser pagados por quienes generan esos costes.

En concreto, acusa a las multinacionales de soja y a las empresas de aceites y oleaginosas de tratar de limitar este reglamento frente a otros sectores como el cacao, con una cadena de suministro más compleja que la de la soja, ya rastrean su suministro utilizando mapas de polígonos, que son incluso más avanzados que la geolocalización. Sus pequeños productores piden que el Reglamento sobre deforestación exija una trazabilidad completa que incluya la geolocalización.

Por ello, insisten en que para reducir de manera efectiva el impacto ambiental es «absolutamente necesario y prioritario» extender la propuesta de la UE a otros ecosistemas porque asegura que existen vínculos claros entre este consumo y la conversión de paisajes en pastizales, como en Brasil, Argentina y Paraguay.

Por último, expresan su preocupación por que con la situación en Ucrania, algunos Gobiernos cuestionan la necesidad de cambiar o acelerar el paso a un sistema alimentario y agrícola más sostenible. Sin embargo, consideran que este es el momento de buscar «con más urgencia» propuestas que aumenten la soberanía, la sostenibilidad y la democracia de los sistemas alimentarios y energéticos. «Las emergencias climáticas y bioenergéticas no esperarán a que este conflicto acabe, pero podrían provocar una mayor inestabilidad e inseguridad mundial», observan.