Ya no hay límite de edad para la colocación de un aparato de ortodoncia. Estamos acostumbrados a ver con aparatos a niños y adolescentes, pero cada vez son más los adultos que se animan a corregir los problemas de colocación de sus dientes y para ello acuden al ortodoncista, que es el odontólogo o médico estomatólogo experto en esta materia.
Para dar a conocer un poco mejor la Ortodoncia, la doctora Margarita Varela Morales, médico estomatólogo responsable de la Unidad de Ortodoncia de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, nos explica que se trata de una especialidad de la Odontología mucho más compleja de lo que en principio parece. Su objetivo es conseguir una perfecta oclusión dentaria lo que tiene repercusiones que van más allá de la estética de la sonrisa.
Los dientes bien “engranados”, o lo que es lo mismo, con una buena oclusión, además de ser bonitos, son más saludables, duran más y defienden a otras estructuras como son las articulaciones temporomandibulares. “La belleza es también salud. Cuando mostramos una hermosa sonrisa aumenta nuestra seguridad y autoestima, ofrecemos la mejor imagen de nosotros mismos y transmitimos “buen rollo” , algo que se manifiesta en todos los ámbitos”, afirma la experta.
Desde la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) nos recuerdan que la ortodoncia “estudia, previene y corrige no sólo las relaciones dentarias sino también las alteraciones en el desarrollo y posición de los maxilares, con el fin de establecer el equilibrio morfológico y funcional de la boca y de la cara, mejorando también la estética facial”.
La ortodoncia es por tanto “algo más que mover dientes”, ya que se enfrenta a problemas que van más allá de su colocación individual. También previene y trata muchas alteraciones de la disposición de los huesos maxilofaciales (maxilar superior y mandíbula), sin olvidar entre otros los trastornos de la masticación y algunos de la pronunciación que a su vez repercuten en la función digestiva y el bienestar psicológico.
UNA ESPECIALIDAD INNOVADORA
El Dr Pablo García-Camba, odontólogo del citado centro hospitalario perteneciente al grupo Quirónsalud, subraya que la ortodoncia junto con la aparatología convencional, -los brackets- incorpora otros elementos más innovadores, como las fundas transparentes (la llamada ortodoncia plástica), “que permiten lograr los mismos objetivos de una forma más cómoda y estética”.
De hecho, la doctora Varela Morales subraya en este sentido que la Ortodoncia de calidad está “comprometida con la incorporación de esa tecnología en continua renovación mediante el estudio en profundidad de sus bases científicas”. A medida que la tecnología va avanzando, se ofrecen cada vez más posibilidades de tratamiento a todo tipo de pacientes, en función de sus circunstancias y necesidades.
NO HAY EDAD PARA INICIAR UN TRATAMIENTO
A su vez, el doctor García-Camba resalta que ya no hay edad para iniciar un tratamiento de ortodoncia, siempre que se adapten los objetivos a cada paciente en concreto. “Antes el ortodoncista trataba solo niños, pero ahora la edad del paciente ya no es un límite si se definen bien los objetivos adecuados”, precisa este especialista.
En este sentido, la responsable de la Unidad de Ortodoncia de la Fundación Jiménez Díaz subraya que en los adultos no se puede modificar el crecimiento maxilofacial para conseguir más armonía y una mejor oclusión, como sí se puede llevar a cabo en los niños De hecho en el paciente infantil este “uno de los objetivos fundamentales de la ortodoncia es precisamente la modificación del crecimiento maxilofacial alterado”. En el adulto nos limitamos a actuar sobre los dientes, pero somos capaces de conseguir cambios muy favorables que potenciamos mediante la colaboración interdisciplinar con especialistas en otros ámbitos de la ortodoncia (odontología estética, periodoncia, implantes, prótesis). El resultado que perseguimos en todos los casos es una dentadura saludable, bella y duradera con un efecto evidente de rejuvenecimiento.
LA PRIMERA VISITA AL ORTODONCISTA
“La ortodoncia puede ofrecer soluciones fantásticas a cualquier tipo de edad”, afirma también la experta de la Fundación Jiménez Díaz, al tiempo que recuerda que es aconsejable consultar con el ortodoncista tan pronto se descubra una anomalía en la boca de los niños. Aunque la ortodoncia se suele identificar con el periodo de la adolescencia, es aconsejable realizar una primera visita de valoración en todos los niños en torno a los 6 años a fin de detectar alteraciones de los dientes y los maxilares que podrían pasar desapercibidas a los padres e incluso al pediatra. El diagnóstico precoz de las maloclusiones permite en muchos casos frenar o incluso impedir su desarrollo, facilitando en caso necesario el tratamiento.
Contra lo que creen erróneamente algunos, el Dr García-Camba insiste en la importancia de valorar la oclusión dentaria antes de que se complete todo el recambio dentario porque muchas alteraciones del crecimiento y disposición de los huesos maxilofaciales responden a tratamientos sencillos si se detectan a tiempo.
Según defiende la SEDO a este respecto, la época más adecuada para iniciar un tratamiento ortodóncico dependerá de la naturaleza de la maloclusión, pero el tratamiento preventivo “debe hacerse cuanto antes”. Por lo general a partir del momento en que erupcionan las primeras muelas permanentes llamadas de “los 6 años”.
En torno a esa edad, los 6 años, es cuando se inicia por lo general el recambio dentario. Los dientes de leche poco a poco se van cayendo para ser sustituidos por los definitivos. Entre los 12 y 14 años la mayoría de los niños tienen ya toda la dentición permanente, a excepción de las muelas del juicio. Un retraso o adelanto marcado en este proceso de recambio también debe ser motivo de consulta, apuntan los expertos.
LOS TRATAMIENTOS SON INDOLOROS Y NO DAÑAN LOS DIENTES
Una de las cuestiones que más preocupan a quienes van a comenzar un tratamiento de ortodoncia, es el dolor que pueden provocar los aparatos. Desde la SEDO nos informan que los aparatos “habitualmente” son “completamente indoloros”, si bien durante los primeros días del tratamiento pueden producir algunas molestias que no interfieren con la actividad normal del niño o el adulto y que desaparecen en muy poco tiempo. De no ser así hay que consultar siempre con el ortodoncista.
Por otro lado, esta sociedad científica destaca que los tratamientos de ortodoncia no perjudican a los dientes sino “todo lo contrario”, ya que la corrección de las maloclusiones facilita la higiene, reduce el riesgo de desgaste por roces indebidos o apretamiento y prolonga la vida de la dentadura.
“Sobre los dientes se pueden hacer milagros, sobre todo si nos relacionamos con otros especialistas”, destaca en última instancia la doctora Varela Morales, responsable de la Unidad de Ortodoncia de la Fundación Jiménez Díaz. Y sobre el crecimiento de los huesos de la cara también se pueden obtener cambios muy favorables cuando se trata de niños.
En el adulto los aparatos ortopédicos que usamos los ortodoncistas ya no pueden inducir cambios en los maxilares apunta el Dr. García-Camba, pero en las deformidades dentofaciales graves (prognatismos severos, asimetrías de la cara, etc) es posible obtener resultados espectaculares mediante la cirugía ortognática, un conjunto de procedimientos que realiza el cirujano maxilofacial con la colaboración del ortodoncista.