Fue una monja de convento que se ganó con su carácter y su pensamiento, la simpatía y el favor de todas sus hermanas compañeras, y es la creadora del concepto de los diez escalones que se necesitan para poder alcanzar la virtud, que se convirtió en la guía para las vírgenes que se consagraban al camino religioso.
Santa Catalina de Bolonia
Nació en la ciudad de Bolonia, Italia, el 08 de septiembre de 1413, en plena festividad de la Natividad de la Virgen María. Cuando llegó a la edad de los 10 años, comenzó a trabajar en la Corte, actividad que aprovechó para adquirir conocimientos sobre la cultura y el arte. No obstante, fue a partir de haber cumplido los 14 años que su vida tuvo que cambiar, debido al fallecimiento de su padre, y el hecho de que su madre encontró una nueva pareja, casándose nuevamente. Por causa de este hecho, Santa Catalina se quedó sola, pero con un gran patrimonio que le fue dejado por su padre fallecido, de modo que se convirtió en una mujer con una dote deseable para muchos solteros, así que muchos fueron los que pretendieron su mano en matrimonio. Pero Santa Catalina quería algo más en su vida que simplemente contraer matrimonio y criar una familia. Ella deseaba algo más trascendente.
A todos rechazaba, por no encontrar en ninguno las virtudes que buscaba, hasta que trabó conocimiento con una joven de nombre Lucía Mascheroni, y fue tal la impresión que le causó esta mujer, que dejó atrás todas sus posesiones en esta tierra e ingresó en la Tercera Orden de San Agustín, uniéndose a esa causa. A partir de ese instante, Santa Catalina encontró lo que estaba buscando, una vida dedicada al rezo y a la oración. Al adoptar esta clase de vida, Santa Catalina alcanzó rápidamente su plenitud espiritual, lo que solo una profunda fe podía otorgarle y gracias a ello pudo crear lo que hoy conocemos como los diez escalones que llevan a la virtud, que son:
- El aislamiento del mundo y de lo mundano.
- El deseo de escuchar la voz de Dios.
- La modestia como cualidad.
- Amar el silencio.
- La cortesía y gentilidad.
- La diligencia a la hora de actuar.
- Pensar en el bien del prójimo.
- La obediencia para con los superiores.
- La humildad.
- Amar a Dios y al prójimo.
Lo que prontamente fue aceptado e instaurado en la Tercera Orden de San Agustín como reglas de comportamiento para guiar la vida de las hermanas de la misma. Aún hoy tales recomendaciones son seguidas, no sólo por las hermanas agustinas, sino también por otras órdenes, tanto de sacerdotes como de monjas, quienes encuentran en esas diez recomendaciones los pasos a seguir para tener una vida espiritual plena.
Ahora bien, el 09 de marzo no sólo recordamos a Santa Catalina de Bolonia, sino que también se le rinde homenaje a otros santos y beatos que fueron un ejemplo de constancia, fe y caridad cristiana, que son San Bruno, obispo, y compañeros, mártires, Santa Francisca Romana, San Paciano y San Vital de Castronovo.