El secreto por el que las mazorcas de maíz nunca te salen con el sabor que deben tener

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Las mazorcas de maíz son perfectas para acompañar como guarnición un plato con proteínas y hasta comerlas solas es todo un placer cuando se cocinan de la manera apropiada. Seguramente, si has visto alguna publicidad, te habrás podido percatar de cómo lucen hermosas y perfectas con unos granos gorditos, apretados y bien carnosos. 

Pero, ¿Qué sucede cuándo quedan secas, arrugadas o chiclosas? Conoce todo lo que se esconde detrás de unas mazorcas deliciosas y no la vuelvas a fallar jamás.

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Así debes cocerlas y prepararlas para disfrutarlas 

hervidas

Una vez que el agua esté hirviendo a borbotones, sumerge las mazorcas completamente y cuenta unos 8 a 10 minutos desde que el agua rompa a hervir nuevamente una vez que las sumerjas. Si se trata de un maíz de color marfil, es que es muy tierno, por lo tanto, estará listo muy rápido.

Culminado el tiempo de cocción, notarás como los granos quedan en su punto justo de sabor y de consistencia. Retira las mazorcas de agua con cuidado de no quemarte y déjalas escurrir por un minuto antes de servir. Unta un poco de mantequilla y espera un poco antes de hincarle el diente, pues estará bastante caliente.